Fernando Rodríguez
Conociendo la controversial personalidad de estos dos magnates, resulta difícil creer que el presidente Donald Trump haya aceptado las excusas públicas por Elon Musk por sus críticas a los métodos económicos impuestos por el mandatario, y lo que es peor, la temeraria acusación de que el FBI no ha hecho público el listado de los pervertidos amigo del fenecido pederasta Jeffrey Epstein que participaban de las grandes fiestas y orgías que este organizaba en sus mansiones de Miami y N.Y., porque, supuestamente, Trump participaba en ellas, llegando a publicar videos donde se ven a este y a Jeffre compartir en franca camaradería rodeados de lindas y alegres chicas.
“Lamento algunas de mis publicaciones sobre el presidente Donald Trump la semana pasada. Fueron demasiado lejos”, escribió Musk a lo que la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt respondió que el presidente Trump agradecía las declaraciones de Musk, al tiempo de aclarar que el estado no ha tomado medidas para cancelar los multimillonarios contratos con las empresas de este.
Hasta ahí, todo parece estar bien, pero quienes conocen el carácter iracundo de Trump y su megalomanía, no creen en la sinceridad de esas expresiones y esperan, en cualquier momento, un zarpazo vengativo contra su deslenguado ex colaborador.