MIRANDO POR EL RETROVISOR
Por Juan Salazar
La única villa con su nombre en plural tiene también sus problemas multiplicados. El sector Villas Agrícolas, ubicado en la zona norte del Distrito Nacional, arrastra desde su fundación una historia de luchas matizada por el olvido a que lo han sometido los gobiernos que ha tenido el país, sin excepción.
Como el coronel de la célebre obra del escritor colombiano Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura en 1982, siempre se ha dicho que Villas Agrícolas “no tiene quien le escriba”.
No es así. Los periodistas oriundos del sector han expuesto en múltiples ocasiones los males y anhelos de progreso de sus moradores, pero no han logrado revertir el abandono histórico a que han condenado las autoridades gubernamentales y municipales a un sector integrado en su mayoría por personas alegres, honestas, trabajadoras y dignas de un mejor destino.
El barrio fue más conocido y visitado en sus inicios, incluso por turistas y funcionarios, debido a sus modernos hoteles y a centros de diversión como “Herminia” y “Nancy”. Con la irrupción del virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH), esos bares y casas de cita perdieron empuje y la mayoría cerraron sus puertas, e igual pasó con los hoteles, cuando la capital comenzó a llenarse de las atractivas cabañas con luces multicolores que funcionan ahora por doquier.
También en tiempos de elecciones, Villas Agrícolas y sus habitantes entran en el mapa de los políticos que se esfuman tan pronto logran su objetivo de conseguir el voto, con promesas que también quedan en el olvido.
Los resultados de ese desinterés acumulado han sido mostrados con las publicaciones realizadas la semana pasada a raíz de que llegara a Villas Agrícolas “Listín en el barrio”, una iniciativa del decano de la prensa nacional que procura establecer un espacio de diálogo cara a cara con los líderes comunitarios de los barrios del Gran Santo Domingo y de otras ciudades del país.
Esta iniciativa del Listín Diario no solo busca conocer de primera mano las necesidades y aspiraciones de barrios y comunidades, sino también visibilizarlas a través de sus plataformas, fortaleciendo así su compromiso con el periodismo de servicio.
![]() |
Villas Agrícolas está atiborrado de basura y enfrenta serias deficiencias en su sistema de alcantarillado.LISTÍN DIARIO |
Y con Villas Agrícolas ese objetivo se ha alcanzado con creces. Algunos colegas, a sabiendas de que he pasado la mayor parte de mi vida en ese barrio capitalino, al que permaneceré vinculado hasta el fin de mis días por los gratos recuerdos que tengo de mi niñez y adolescencia en el sector, me expresaron su sorpresa por las precarias condiciones de vida de sus vecinos.
Quizás esperaban los problemas coincidentes de cualquier sector del país, pero en el caso de Villas Agrícolas la situación es más dramática.
Las fotografías que muestran la triste realidad del sector y las exposiciones de sus principales dirigentes comunitarios presentadas por este medio, ponen en evidencia una “emergencia barrial” que debe ser atendida por el gobierno central y las autoridades municipales con la prontitud que amerita.
Sus aceras y calles atiborradas de basura y aguas fétidas estancadas, invadidas por talleres, gomeros y negocios informales que obstaculizan la circulación de peatones, son la evidencia de que Villas Agrícolas es un sector colapsado.
Si a las personas sin ninguna limitación física, motora o cognitiva se les dificulta desplazarse por los espacios públicos del sector, con razón la amarga queja de personas con discapacidades y envejecientes que utilizaron “Listín en el barrio” para exponer el viacrucis de movilizarse por sus calles y aceras.
Ante el ostensible malvivir en el sector, hay que ponerle fin a la tradición de que Villas Agrícolas solo sea el foco de medios de comunicación y autoridades cuando ocurre un hecho negativo, como aquella explosión por un escape de gas en la fábrica de plásticos Polyplas, ocurrida el 5 de diciembre de 2018, la cual dejó al menos ocho muertos y más de 50 viviendas afectadas o destruidas.
Listín Diario, sin esperar a que un acontecimiento negativo lo motivara, presentó un drama humano con el que han lidiado por décadas los moradores de Villas Agrícolas, quienes siempre han mantenido la esperanza de que algún gobierno haga suyas sus ansias de una convivencia libre de tantas angustias.
Numerosas familias fundadoras han abandonado el barrio porque ante tanta desidia oficial, hace un tiempo caló entre sus habitantes la desalentadora expresión: “Si quieres progresar, múdate de Villas Agrícolas”. Pero los que se fueron desilusionados nunca han perdido la conexión con su barrio, incluso quienes emigraron a Estados Unidos y naciones europeas en busca de una mejor calidad de vida.
Los vecinos de Villas Agrícolas son poco dados a realizar huelgas o protestas violentas para exigir solución a sus más sentidos problemas. Han sido pacientes al momento de esperar por soluciones, pero esa actitud no debería verse como un signo de debilidad o resignación.
El hecho de que existan nueve juntas de vecinos con sus polígonos de acción definidos, muestran a un sector que aspira a un real cambio en su calidad de vida. El Club Deportivo y Cultural Los Pioneros, fundado en nuestra principal fecha patria y con 53 años forjando atletas y a ciudadanos ejemplares, es también un ejemplo loable de supervivencia en medio de tantas limitaciones y la falta de apoyo oficial.
Tal y como planteó Listín Diario en su editorial luego de constatar una de las peores realidades de convivencia en la capital: “Villas Agrícolas no merece seguir esperando”. La dignidad que tanto anhelan sus habitantes exige tomar en serio a Villas Agrícolas y ponerles fin a tantos años de olvido.
Pero las autoridades no deben ir en esta oportunidad con medidas paliativas, como si se tratara de un enfermo incurable o potencialmente mortal. No hay que esperar a que Villas Agrícolas se convierta en un “barrio fallido” para intervenirlo.
Los problemas que agobian a sus habitantes tienen solución con la mejor medicina: Voluntad política. Y sus residentes merecen la cosecha fructífera que por tanto tiempo se les ha negado.