Enfoque

Por Felipe Román

Apreciado y amable lector, no le daremos a usted la definición ordinaria de pan, por ser esta sumamente obvia. Lo que sí haremos es decirle a usted que el concepto de pan se usa en muchos contextos como sinónimo de alimento. Así que pan puede ser cualquier tipo de comida material o espiritual. Jesucristo se refiere al pan de las dos maneras, así por ejemplo en el concepto espiritual dice: «Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre». (Juan 6:35). La palabra hambre en ese contexto, también es en sentido espiritual.

Para referirse al pan en sentido material, Jesucristo aprovecha la oración del Padre Nuestro -aunque en realidad nunca dijo que esa oración tuviese ese nombre-, sino que entre otras enseñanzas sobre la manera correcta de orar, les enseñó a sus discípulos un modelo (Mateo 6:5-13). Y como parte de eso les dijo: «El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy». (Mateo 6:11). Es evidente que aquí se refiere al pan en sentido material.

Y aunque creemos que está suficientemente claro, aun siendo así, podría ocurrir que un lector quisquilloso pudiese razonar lo siguiente: El fanático religioso que escribió esto, no fue capaz de percibir por su falta de cultura, que esas palabras de Jesucristo son redundantes, debido a que sí dijo “El pan nuestro de cada día”, entonces no debió agregar “dánoslo hoy”, porque eso denota un lenguaje redundante.

No daremos la respuesta brusca que este quisquilloso merecería por su ignorancia de los asuntos divinos. Cuando se hace una oración o petición de cualquier manera, o se expresa algún deseo, éste debe ser específico, para que pueda ser concedido de la manera como se anhela. Así por ejemplo, muchas personas podrán recordar a un político muy pintoresco de nuestro país, que tuvo una campaña publicitaria en la cual expresaba con vehemencia: «Quiero ser presidente… y voy a ser presidente». Todos sabemos que no logró ser presidente de nuestro amado país, aunque desconocemos sí logró serlo de alguna junta de vecinos. Por cosas parecidas a esas fue que Jesucristo agregó lo que ya sabemos, debido a que sí usted en una oración pidiese así: Dios mío ayúdame a tener mi vehículo, porque lo necesito mucho. Entonces usted podría recibir respuesta a su oración, pero recibiendo uno en condiciones precarias. Así que si usted por ejemplo fuese a pedir en oración un vehículo, debe hacerlo especificando muy claramente cómo lo quiere. Por ejemplo: Padre amado deseo que me ayudes a conseguir una camioneta del año 2025, de cuatro puertas y de gasoil.

Y sí lo anterior le parece grotesco, entonces le recordaremos las palabras sublimes del afamado escritor Amado Nervo, en su poema “Las posibilidades”. Veamos: «La vida es como un arca inmensa llena de posibilidades. Es más bien como un enorme río lleno de posibilidades. Las cosas dice un pensador, nos parecen imposibles hasta el día en que se realizan. No creas, pues, jamás la excelencia de un bien es condición negativa para su advenimiento. Abre con tu confianza todas las capacidades de tu espíritu, ante la posibilidad de recibirlo. No sea que cerradas por las llaves de tu escepticismo tus puertas interiores; cuando llegue la felicidad suma que te tocaba en suerte, no pueda entrar… y se aleje para siempre».

Aunque es un país pequeño, República Dominicana siempre ha tenido suficiencia alimentaria.ARCHIVO/LD

Muchas personas desconocen que aunque somos un país pequeño, siempre hemos tenido suficiencia alimentaria. Nuestras crisis, como por ejemplo la poblada de 1984, de la cual la mayoría ha escuchado hablar, no se produjo por escasez de alimentos, sino porque estos fueron aumentados de manera desproporcionada, sin ninguna justificación previa. Y esto fue tomado por la población como un acto de agresividad doble, 1) agresividad por el mismo hecho de los aumentos imprevistos, y 2) agresividad por considerar que quienes gobernaban en ese momento les consideraban «tontos».

Y nuestro pueblo por idiosincrasia tolera casi todo, debido a que es tradicionalmente alegre y pacífico. Sin embargo, hay dos cosas que no tolera, que pretendan tratarlo como tonto, o que intenten pisotear de alguna manera significativa su patriotismo. Por eso en dos ocasiones han enfrentado al poderoso ejército norteamericano, y nos independizamos de Haití.

La abundancia alimentaria a la cual nos referimos, hizo que en décadas pasadas ocurriese algo que muchos ignoran: Que a quienes llamaban «los mojaítos» en las décadas del 40 y 50 del siglo XX era a los puertorriqueños, los cuales se arriesgaban a enfrentar el peligroso y traicionero mar Caribe en embarcaciones de mala calidad para llegar a nuestro país a ganarse el pan. Y ellos eran recibidos con afecto y se les daba un trato de hermanos.

Por esa situación sumamente difícil que enfrentaban los boricuas, fue inmortalizada por el excelente compositor puertorriqueño Rafael Hernández, en 1929, con su canción “Lamnto borincano”, la cual se hizo muy popular posteriormente en las décadas de los 40 y 50.

Ha sido grabada por muchísimos cantantes, la última por el salsero Marc Anthony. Sin embargo, quien esto escribe asegura que las versiones de Daniel Santos y Javier Solís son insuperables.

Otro lector quisquilloso podría decir que este escritorcito es un verdadero orate, debido a que un tema que parecía ser sobrio y serio lo daña con datos faranduleros triviales. Responderemos que no es así, debido a que en una parte de sus letras, la hermosa y emotiva canción “Lamento borincano” dice: «Y llegan al mercado de la ciudad, pasa la mañana entera sin que nadie quiera su carga comprar». Y aunque esa no es nuestra situación actual, también es cierto que en diferentes épocas nuestros productores, en actos de dignidad mezclados con irritabilidad e ira, han preferido botar o regalar sus productos, conscientes de las pérdidas que dicho acto implicaba. Como la vox populis dice que ocurrió cuado un ex presidente nuestro junto a otros productores de leche prefirieron echarla al río, y no aceptar un precio irrisorio y denigrante. De igual manera, sabemos que productores de ajo, cebolla, tomates, ajíes y otros productos de consumo masivo, en diferentes épocas han hecho lo mismo.

En la actualidad muchos productores se quejan amargamente de que las importaciones de alimenticios que producimos aquí, están arruinando a los productores nacionales. Y los pueblos que le dan prioridad a las importaciones, se arriesgan a tener que enfrentar revueltas populares, debido a que como nuestra vida cotidiana es veleidosa, entonces de manera imprevista pueden cambiar los aranceles, como ya está ocurriendo con Canadá y México, si se cumple la amenaza del presidente estadounidense Donald Trump, y lo mismo puede ocurrir con otros países.

Los problemas de alimentación han llevado en el pasado a que ocurriese lo que se ha conocido como “Motín de subsistencia o “Motín del pan”, que fue una manera de protesta muy común en Europa , en los siglos del XV al XIX, debido al desabastecimiento de alimentos básicos. Y todavía en Marruecos, en 1981, ocurrió lo mismo.

Estos motines se originan como respuesta popular a la crisis de subsistencia y, quienes crean que lo anterior es ficticio, solo tienen que escribir en Google “Motín de subsistencia” para comprender la peligrosidad de ese tema.

En conclusión, esperamos que las autoridades, especialmente las del Ministerio de Agricultura tengan la sabiduría que les permita comprender la idiosincrasia de nuestro amado pueblo -que ya conocemos- para que no tengamos que sufrir como canta de manera magistral Rafael de España, en carne viva, por no dar el verdadero apoyo que merecen nuestros productores. A esto debe sumarse de manera eficaz el Banco Agrícola, para no tener que enfrentar asuntos de subsistencia que ya sabemos hasta donde podrían llegar.

El autor es psiquiatra y general (R) del Ejército

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