Por Fernando Rodríguez
Su frágil figura contrasta con su tenacidad y capacidad de trabajo por las mejores causas de su provincia Valverde y su pueblo Mao donde a través de su trabajo con las principales instituciones sociales, culturales y deportivas, ha llegado a convertirse en un referente para la juventud y el pueblo cuyo ayuntamiento rindió, ayer jueves, un merecido homenaje declarándola «Mujer Valiosa del Municipio».
El historial de esta extraordinaria maeña quien laboró en el INDENOR con el obispo Tomás Abreu Herrera y quien prefirió la soltería para entregarse por completo a su pueblo, no cabe en este espacio, pero debo señalar que se inició, siendo muy joven, con la repartición de panfletos contra la tiranía trujillista de donde pasó a militar en el 14 de junio y luego al otrora glorioso PRD cuya ideología inicial aún lleva en su corazón.
Esta ejemplar ciudadana, pese a todas sus glorias, reconocimientos y entrega, sobrevive, con apenas 30 mil pesos de pensión para pagar alquiler de vivienda, alimentación y los múltiples gastos médicos que su precaria salud les exigen. Quiera Dios que el presidente Abinader le otorgue una pensión que le permita vivir con dignidad está una última etapa de su fecunda existencia a favor de la sociedad dominicana.