Por Fernando Rodríguez

Es evidente que existe el avieso propósito de igualar a mansos con cimarrones en la denuncia contra varios renombrados periodistas y la comunicadora Mariasela Álvarez, por supuestamente cobrar cheques en dólares de los fondos de la USAID, acusación que constituye una canallada de sectores aliados o favorecidos por los exfuncionarios del PLD acusados de grandes desfalcos contra los fondos del erario.

La antigua máxima de “Difama que algo queda”, se aplica en nuestro país de manera continua e impune porque muchas personas de correcta vida pública y privada se abstienen de llevar ante los tribunales a los difamadores que actúan por envidia y en la mayoría de los casos por encargo, sin dejar de mencionar a quienes creen que difamando a los honorables, lograrán rebajarlos a su nivel de inmundicias sembrando la creencia de que aquí todos somos iguales.

Varios medios y personalidades de alta solvencia moral han salido en defensa de Huchy Lora, Juan Bolívar Díaz, Altagracia Salazar, Edith Febles y Marino Zapete, al igual que el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), pero la mayor defensa de los injuriados, es su trayectoria de trabajo honrado y ético a lo largo de su vida profesional.

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