Oscar López Reyes

 

 

Oscar López Reyes

Enhestamientos de la Bandera Nacional, un desfile patriótico, militar y estudiantiles, a los acordes del Himno Nacional Dominicano; ofrendas florales y misas solemnes del Instituto Duartiano en la Catedral Primada de América y en la Catedral Santa Ana de la provincia Duarte por el Gobierno dominicano, han plateado la celebración del 212 aniversario del natalicio del padre de la patria, Juan Pablo Duarte.

 

Con la conmemoración del Día de Duarte se inicia el mes de la patria 2025, que ha incluido una muy alaba Cabalgata Duartiana por la Patria, el concierto de música lírica “Te muestro mi patria” y el 2 de febrero la “Caravana por la Patria”, con un vistoso desfile de autos antiguos y clásicos por avenidas y calles del Distrito Nacional, coordinado por el Club de Autos Antiguos y Clásicos y el Instituto Duartiano, que no cesa en reclamar que cada día se fortalezcan las acciones contra el tráfico de inmigrantes ilegales haitianos.

 

Este apóstol de la libertad nació el 26 de enero de 1813, y ya el 16 de julio de 1838 la llama inextingible del nacionalismo había prendido en su pecho, con la creación de la sociedad secreta La Trinitaria, desde la cual promovió y logró la separación del yugo haitiano y la proclamación de una República libre, soberana e independiente.

 

Este pensador y hombre de acción, revolucionario, romántico y militar cobra más vigencia en el presente siglo. Brilla como un paradigma, y basta recordar que ejerció la política como un magisterio, y su vida estuvo adornada de honestidad y modestia, hasta su muerte piadosa en 1876, en Venezuela.

 

En este nuevo aniversario del nacimiento del forjador de la obra liberadora, tenemos que rendirle reverencia por su grandeza histórica. Y tenemos que escuchar de nuevo su voz, empinando la cabeza con la mirada puesta en los símbolos patrios, porque su obra está incompleta.

 

La mayoría de los dominicanos, particularmente un amplio segmento de la juventud, no sigue los ideales duartianos. Más que en el país y en las manifestaciones patrióticas, se piensa en la riqueza fácil.

 

Y, aún peor, las nuevas tecnologías y la globalización debilitan la identidad nacional, y nuestros campos y ciudades están repletos de nacionales haitianos, en una nueva modalidad de ocupación: la pacífica, en aras de la sobrevivencia.

 

El mejor homenaje a este patricio egregio en su fecha natalicia es repetir su acción y pensamiento, como aquel que dice: “Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber del hombre; y ser unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva”.

¡Salve al padre de la patria! ¡viva Duarte!

 

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