Por JOSÉ BAUTISTA

En los últimos tiempos son muchas las personas que profetizan con la palabra de Dios, para ayudar a los seres humanos que están perdidos en vicios en el mundo terrenal; pero algunos la utilizan para mentir y sacar provecho personal, sin pensar que sus acciones pecaminosas ofenden, agreden y profanan el evangelio del Rey de Reyes y Señor de Señores.

Cualquier individuo que dice llamarse “cristiano” instala un espacio con 10 sillas y un pequeño micrófono o empuña un megáfono para vocear a todo pulmón que tiene “el poder de la palabra de Cristo” para tocar con sus manos y salvar almas.

Siempre he sido un convencido como creyente de la palabra de Dios, que seguir los pasos de Cristo Jesús hay que tener firmeza, sinceridad, humildad, nobleza, bondad, sentimientos de sacrificios, credibilidad, honradez, arrepentimiento y sobre todo compromiso con la pureza que caracterizó la persona de Cristo Jesús.

Mí respeto para los pastores, predicadores, profetas y siervos que honran con su nobleza y sacrificio las prédicas cristianas a través de sus iglesias o templos, donde se congregan para ayudar a los cientos de miles de personas que necesitan escuchar un mensaje de fe para cambiar sus vidas.

De los falsos predicadores, que diariamente cometen sacrilegio para atraer a posibles creyentes de la palabra de Dios, les recuerdo que los que mienten serán llevados a la hoguera de satanás, pues además hay un mandamiento de la Ley de Dios que dice: No mentirás, y para muchas naciones como los Estados Unidos la mentira es un pecado, que conlleva prisión.

A mí me apena mucho que personas que se hacen pasar como cristianos cometan delitos contra niñas, niños, adolescentes y adultos mayores que son buenos y nobles seguidores de Cristo Jesús.

Un recordatorio para muchos que están en posiciones de dirección de instituciones publicas y privadas que no crean que seguirán engañando y falseando el sagrado nombre de Cristo Jesús, porque el que miente será descubierto y lo más triste es que saldrán en vergüenza, sin la más mínima credibilidad ante Dios y la ciudadanía.

A esos falsos cristianos que sepan que Dios es panadero, que riega el pan en la mañana y en la tarde sale a recogerlo.

El que miente es capaz de todo, incluso a través de la ira y el odio cometer hechos que dañan la vida de las personas honradas, sencillas y humildes, y luego de manera descarada dizque pedir perdón.

A ustedes falsos profetas los insto para que se arrepientan antes de que sea tarde y puedan ver la cara de Cristo Jesús en algún momento de sus vidas.

 

 

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