En América Latina, la violencia hacia las mujeres sigue siendo uno de los problemas más graves de derechos humanos. A pesar de avances legislativos en países como Chile y México, millones de mujeres enfrentan violencia física, sexual y psicológica diariamente en sus hogares y comunidades.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2023 se registraron al menos 3,897 feminicidios en 27 países de la región, equivalente a 11 mujeres asesinadas cada día por razones de género. Estos crímenes, en su mayoría, permanecen impunes debido a factores culturales, sociales y económicos que perpetúan la desigualdad.
Honduras lidera con la tasa más alta de feminicidios en la región: 7,2 casos por cada 100,000 mujeres, seguido de República Dominicana (2,4) y Brasil (1,4). Aunque países como Chile, Haití y Guatemala reportan tasas menores, las cifras no reflejan la magnitud real debido a deficiencias en el registro de casos.
Entre el 63 % y el 76 % de las mujeres en América Latina han sufrido algún tipo de violencia por parte de parejas o familiares. A nivel global, 736 millones de mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual alguna vez en su vida, según ONU Mujeres.
Este organismo, junto a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, presentará el informe ‘Feminicidios en 2023’ el 25 de noviembre, coincidiendo con el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que inicia la Campaña Únete, con 16 días de activismo que concluyen el 10 de diciembre.
Aunque la mayoría de los países de la región han adoptado leyes para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, la implementación es deficiente. La falta de recursos, corrupción y resistencias culturales dificultan el cumplimiento de estas normativas.
Movimientos feministas como «Ni Una Menos» han sido clave para visibilizar el problema y exigir medidas efectivas.
EFE