Por JOSE BAUTISTA
El Instituto Nacional de Transporte y Tránsito Terrestre (INTRANT) necesita un personal educado e instruido para recibir a los contribuyentes en el área de recepción, debido a que cuando uno se presenta a buscar un servicio, la imagen que se observa de esa institución es como sí estuviéramos llegando a la Cárcel Penitenciaria Nacional de La Victoria.
A la entrada del INTRANT (en la recepción) hay un individuo que le pide a los usuarios los documentos, y no se puede preguntar, pues las preguntas las responde con otra pregunta, es una persona que carece de amabilidad, prudencia, educación, y receptividad.
Parece que se olvida que el INTRANT es una institución estatal recaudadora, con cara de probó carcelario, que no tiene la mínima idea de que las instituciones públicas son para servir con respeto, amabilidad, educación, prudencia y sobre todo con serenidad.
Pero el mismo comportamiento exhiben los que reciben a los motoristas cuando les piden la documentación para registrarlas en sus celulares o tables, los cuales se comportan con mucha arrogancia.
Pienso que el director del Instituto Nacional de Transporte y Tránsito Terrestre (INTRANT), señor Milton Morrison, debe contratar una organización experta en relaciones humanas y protocolo para que esos empleados mal educados de la recepción reciban cursos formativos personales para que conozcan cual es la función de un verdadero servidor público.
A mí me apena mucho, que en estos tiempos de modernidad, servidores públicos desconozcan cuál es su rol dentro de una institución pública, pues los que visitamos merecemos que se nos ofrezca un buen servicio, con una información adecuada aunque la República Dominicana sea un país del Tercer Mundo.
Recuerdo que cuando era Obras Públicas que expedía la licencia de conducir, el personal que recibía a los contribuyentes eran personas amables, nobles y respetuosas.
Espero que la imagen de recepción del Instituto Nacional de Transporte y Tránsito Terrestre (INTRANT), sea de un personal que por lo menos sonría frente a las personas que vamos en algún momento a pedir uno de los servicios que se ofrecen.
Recuerden que los empleados de las instituciones públicas tienen como función dar un servicio humano y de calidad a todos los usuarios, sin distinción de personas.