El presidente de la JCE, Román Andrés Jaquéz Liranzo

Implicaciones logísticas y necesidad de reformas tecnológicas claves

Santo Domingo.– La Junta Central Electoral (JCE) se enfrenta a un panorama inédito en las elecciones de 2024, con la unificación de los procesos electorales municipales y presidenciales, como ha sido planteado por el presidente Luis Abinader en su propuesta de reforma constitucional.

Durante la sesión plenaria de este jueves 12 de septiembre de 2024 del pleno de la JCE se abordaron las implicaciones de esta reforma constitucional, la cual pretende optimizar el proceso de votación, aunque genera nuevos desafíos logísticos y técnicos.

Desde 2016, los comicios se han llevado a cabo en fechas diferenciadas: municipales en un momento y presidenciales en otro. Esta estrategia dividió las responsabilidades del electorado y la JCE en varios niveles, tanto para el voto municipal como para el presidencial y congresual, con un padrón electoral que ha ido en constante aumento.

En 2016, se manejaba un padrón de 7.48 millones de votantes, cifra que creció a 8.14 millones en 2024. Con la unificación de las elecciones, este número se gestionará de manera conjunta, complicando aún más el proceso, plantea la JCE.

Complejidades del voto preferencial

El documento del órgano electoral indica que uno de los temas más discutidos fue el uso del voto preferencial en regidurías, vocalías y diputaciones. “Actualmente, este sistema obliga a los votantes a seleccionar candidatos de manera individual dentro de estos cargos, lo que eleva el número de boletas a escrutar por colegio electoral”.

En las elecciones de 2028, se proyecta que cada votante emitirá hasta cinco boletas, lo que implica siete escrutinios diferentes por colegio electoral.

Añade que este sistema no solo alarga el tiempo que cada votante toma en la cabina, estimado en cinco minutos, sino que también incrementa la cantidad de tiempo necesario para procesar los resultados. Para mitigar estos efectos, se propuso eliminar el voto preferencial para las regidurías y vocalías, donde el número de candidaturas es mayor, y sustituirlo por listas cerradas y bloqueadas. Esta medida reduciría significativamente el tiempo de escrutinio sin sacrificar la transparencia en los niveles congresuales.

Alternativas tecnológicas

Otra de las soluciones discutidas en la reunión de la JCE fue la implementación de tecnología electoral, como el voto y el escrutinio automatizado. En la sesión del pleno, se propuso aumentar la participación de la tecnología en el proceso electoral, con el fin de reducir los tiempos de votación y escrutinio.

Aunque esta medida podría acelerar el conteo de votos y la transmisión de resultados, también se requiere una amplia inversión en la compra de equipos, así como en la capacitación del personal electoral y en la auditoría del proceso para asegurar la confiabilidad de los resultados.

El uso de tecnología, sin embargo, viene acompañado de un desafío adicional: la confianza del electorado, advierte la JCE. La experiencia fallida de 2020, cuando las elecciones municipales debieron ser suspendidas por fallos en el sistema de voto automatizado, aún está presente en la memoria de los dominicanos. Por ello, la JCE deberá realizar operativos piloto y auditorías exhaustivas para asegurar la legitimidad del proceso y restaurar la confianza ciudadana en el sistema electoral.

Ajustes en los plazos y voto exterior

Una de las implicaciones directas de la unificación de las elecciones es la necesidad de ajustar los plazos para la presentación de candidaturas. La reforma electoral establece que las candidaturas para los niveles senatorial, de diputaciones y presidencial deberán presentarse cinco días después de las elecciones municipales. Esta medida acorta el tiempo disponible para que los partidos políticos y sus candidatos oficialicen sus postulaciones.

El voto exterior también fue tema de discusión, ya que se evalúa la posibilidad de extender el uso de tecnología para facilitar el voto automatizado en las comunidades dominicanas en el extranjero, donde la participación electoral ha sido significativa en los últimos comicios. Este sistema podría ser clave para asegurar una mayor participación de la diáspora, así como para agilizar el conteo de los votos emitidos desde el exterior.

Reformas y compromisos

Independientemente de las decisiones que se tomen en cuanto al uso de tecnología y la implementación de listas cerradas, la JCE tiene el desafío de garantizar que el proceso electoral de 2028 se lleve a cabo de manera justa, equitativa y dentro del marco constitucional. La unificación de las elecciones, aunque plantea retos logísticos, también puede ser una oportunidad para fortalecer la democracia y la transparencia en el sistema electoral dominicano.

En cualquier escenario, el compromiso de la JCE es asegurar elecciones confiables y legítimas, en la fecha que disponga el Poder Constituyente.

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