Por:  JOSE BAUTISTA

La pena que impuso la jueza de Atención Permanente del Distrito Judicial de la ciudad sureña de Azua, doctora Ana Esther Hernández, al chófer suicida Ángel Encarnación Bautista, que embistió una multitud de personas en la Carretera Azua-San Juan de la Maguana debió ser más ser mucho más severa, debido a que dejó seis personas muertas, y más de 40 heridos, en momento que conducía un camión lleno de aguacates.

Este accidente que provocó ese señor la madrugada del sábado 31 de agosto en un establecimiento de diversión, en el que había un teteo con música a alto volumen que sobrepasaban los 65 decibeles, que establece el Ministerio de Medio Ambiente como regulación en la República Dominicana en los lugares públicos debió de recibir un castigo ejemplar para la sociedad.

No me satisfizo para nada esa medida de garantía económica y presentación periódica impuesta a Ángel Encarnación Bautista, supuestamente por ser idónea, porque no ofrece garantías para presentarse a los actos del procedimiento y someterse a ellos; razón de que no cuenta con el arraigo suficiente para descartar el peligro de fuga.

Me parece que la magistrada Ana Esther Hernández no aplicó con la debida certeza el Imperio de la Ley en ese lamentable accidente, ya que Ángel Encarnación Bautista desgraciadamente cercenó la vida de seis personas e hirió a más de 40 personas. El único que debe quitarnos la vida, por ser él quien nos la regaló es Dios, que es el padre de todos los que vivimos en el mundo.

Pienso que es palpable ante la mirada de todos los dominicanos que la vida de un ser humano vale muy poco o nada, pues cualquiera puede decidir quien o quienes viven en este globo terráqueo, pero, además, el dolor que invade el seno de las familias de los fallecidos no se borra de las mentes de sus allegados.

La jueza de Atención Permanente del Distrito Judicial de Azua, Ana Esther Hernández, debe ser más rigurosa en la aplicación del Imperio de la Ley para que no cometa injusticia en esa jurisdicción del Ministerio Público.

DEBEN SER CASTIGADOS

En los últimos años en el país son muchas las vidas que se han perdido en los desagradables teteos que se realizan casi a diario en la República Dominicana, tanto por accidente de tránsito como por peleas barriales, lo que manda que los organizadores de esos establecimientos de diversión sean sancionados con todo el peso de la ley.

Los jueces de los juzgados de Paz y del Ministerio de Medio Ambiente tienen que estar atentos y pendientes de esos horribles teteos que se organizan en plenas vías públicas para que con la aplicación del Imperio de la Ley detengan esas acciones que le roban la paz a todos los dominicanos en las horas de su descanso. También esos malos ciudadanos que se toman las calles para ellos, tienen que entender que la gente se enferma, y deben respetar el mal estado de salud en el que se encuentran.

 

 

 

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