Por JOSE BAUTISTA
Los femenicidios brutales que comenten hombres contra sus parejas o exparejas en la República Dominicana y que desgarran las familias en su estructura numérica de un hogar ocurren, debido al machismo rampante y arcaico que arropa la consciencia masculina de seres humanos que se creen propietarios de las damas que aceptó compartir con ellos una vida para procrearse.
Los hombres cara dura dominicanos ya han ultimado 35 indefensas mujeres en diferentes partes del país, sin importarles los daños sicológicos que dejan en los hijos que quedan huérfanos de madre y otras veces de padre, pues algunos se suicidan para no enfrentar la pena que les impondrá el Ministerio Público.
La última dama que cayó de manos de su pareja sentimental, Franklin Gabriel Contreras Parra (Gary Flow), fue la joven Ruth Esther Sosa Chacón del sector capitalino Guachupita, quien no pudo defenderse de esa bestia incontrolable y rabiosa.
La joven Sosa Chacón laboraba en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la cual perdió su futuro producto de la maldad y la crueldad de ese hombre que se pensó que Ruth Esther Sosa Chacón era una mercancía de su propiedad.
El machismo es la actitud o forma de discriminación sexista caracterizada por la prevalencia del varón sobre la mujer. Se considera machismo el conjunto de conductas, creencias y prácticas sociales destinadas a promover el enaltecimiento y prevalencia del hombre en perjuicio de la mujer.
Algunos conceptos como la homofobia y la transfobia pueden llegar a estar relacionadas con el machismo aunque no la son propiamente.También se le define como (el conjunto de actitudes y prácticas, aprendidas, sexistas llevadas a cabo en pro del mantenimiento de órdenes sociales en que las mujeres son sometidas o discriminadas.
Los hombres machistas arcaicos dominicanos deben recibir no solo educación familiar en los hogares mientras crecen, sino que en la escuela o en el colegio deben enseñarles que las niñas se cuidan y no deben maltratarlas nunca, pues las mujeres son flores que multiplican la especie humana.
Diariamente siento impotencia de que como tantas mujeres pierden sus vidas en la República Dominicana, sin poder evitar que esos hechos criminales ocurren tan fácilmente.
Espero que en algún momento, el Ministerio Público ayude a instruir a los hombres jóvenes como deben tratar a sus esposas o exparejas para que por cualquier dispárate les quiten sus vidas, que el único que tiene derecho a quitarlas es Dios.