Por Fernando Rodríguez
Nuestra democracia resulta excesivamente cara por los privilegios que de manera descarada han impuesto los políticos oportunistas que se han servido a sus anchas del poder para establecer una serie de privilegios que irritan a la población que ve con disgustos cómo disponen de grandes recursos que debieran estar destinados a paliar la situación de pobreza que vive el pueblo dominicano.
En adición a los fondos que reciben nuestros legisladores con los denominados barrilitos y cofrecitos supuestamente para resolver problemas de índole social en las comunidades que representan, el país tiene que erogar, cada año, 189 millones de pesos a favor de una claque de políticos inoperantes elegidos cada cuatro años como miembros del denominado Parlamento Centroamericano (Parlacen) con sede en Guatemala.
Esta institución enarbola como razón de ser, la integración centroamericana para constituirla en una región de paz, libertad, democracia y desarrollo. Sus miembros son elegidos dentro del proceso electoral del país, aunque los expresidentes y vicepresidentes de los países afiliados pasan automáticamente salen del poder a ser miembros de la institución con sueldos sobre los 300 mil pesos como fue el caso de Danilo Medina y 218 mil pesos la ex vicepresidenta Margarita Cedeño, y lo que es más importante, obtienen inmunidad parlamentaria.