Por Marino Ramírez Grullón

Cada cierto tiempo dependiendo de las circunstancias surge la idea de aprobar el proyecto de nuevo Código Penal que al final queda en el aire, aunque la Cámara de Diputados y el Senado conozcan su contenido.

Dentro del rejuego de discusión del famoso Código está el sube y baja del documento de los diputados al senado y viceversa para luego pasar al Poder Ejecutivo que termina vetando  la propuesta ley.

Es decir que cuando no son las tres causales surgen otros elementos de contenido que terminan dando el paso del congreso al proyectado código.

A esto hay que agregar que otros códigos están pendientes en el Congreso Nacional que por lo que puede verse jamás serán aprobados si tomamos en cuenta lo que pasa con el  penal.

La población  se muestra escéptica ante los vaivenes que toman leyes importantes como las mencionadas ya que nunca terminan de aprobarse debido a los intereses que se interponen entre los legisladores y otras partes interesadas.

Se habla también y eso viene desde la creación de la Constitución del 2010 que se debían adaptar otras leyes al nuevo documento constitucional y eso nunca se hizo.

Se habla de modificar la Constitución pero sin la adaptación de estas leyes la nueva reforma quedaría coja por tanto se debe poner manos a la obra y darle salida a todo lo pendiente en el Congreso.

Sin embargo los actuales legisladores se enfrascan en el mismo proyecto de siempre para terminar en nada.

Luego vendrán los nuevos legisladores entre los que hay varios a repetir para terminar en lo mismo, nada de nada.

Así no puede reforzarse la constitucionalidad, sin leyes modernas y actualizadas no podemos llegar a ningún lado como nación.

Recuerden la ley de alquileres ha quedado en el olvido luego de que se hablara de su pronta aprobación.

El mismo cuenta de siempre, mucha espuma y poco chocolate.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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