EFE
Puerto Príncipe.- Un contingente de 400 soldados kenianos llegó este martes al aeropuerto Toussaint Louverture de Puerto Príncipe para apoyar a la Policía Nacional de Haití en el intento de frenar la violencia generada por las bandas armadas, que han provocado que miles de personas huyan de sus hogares.
A última hora de la noche, en un mensaje en su cuenta de X, el primer ministro haitiano, Garry Conille, elogió la determinación del Gobierno de Kenia y de su pueblo de “acompañar a Haití en la lucha contra la inseguridad que corroe nuestra sociedad».
Los efectivos llegados hoy forman parte de la misión multinacional de apoyo a la seguridad, que encabeza Kenia y que cuenta con el visto bueno de la ONU.
Horas antes, el presidente de Kenia, William Ruto, despidió en un acto oficial en Nairobi a los 400 agentes. “Kenia tiene sólidas credenciales en materia de pacificación y resolución de conflictos.
La presencia de nuestros agentes de policía en Haití brindará alivio a mujeres, hombres y niños cuyas vidas han sido destrozadas por la violencia de las bandas armadas”, afirmó Ruto este lunes a través de la red social X.
“Trabajaremos con la comunidad internacional para lograr una estabilidad duradera en Haití”, añadió el mandatario tras la ceremonia, que tuvo lugar en la Escuela de Formación de la Policía Administrativa en el barrio capitalino de Embakasi.
Los agentes, que forman parte del total de 1.000 policías que Kenia ofreció para encabezar la misión, provienen de diversas unidades policiales y han recibido entrenamiento en diferentes ámbitos, incluyendo idiomas.
El acto tuvo lugar después de que Ruto hablara la pasada semana con el Consejo Presidencial de Transición (CPT) haitiano, cuyo establecimiento, que se produjo el pasado abril, era una condición necesaria para Kenia antes de enviar a los agentes.
Asimismo, el inspector general del Servicio Nacional de Policía (NPS) de Kenia, Japhet Koome, se reunió en Nairobi el pasado día 18 con una delegación de la Policía haitiana, unas semanas después de que un equipo keniano de reconocimiento regresara del país caribeño.
El contingente partió hacia Haití pese a las trabas judiciales que ha encontrado el despliegue en los tribunales kenianos.
El Tribunal Superior de Nairobi fijó el pasado día 12 para el próximo 7 de octubre una audiencia sobre un nuevo recurso de un partido opositor keniano contra el despliegue en Haití de los primeros agentes.
El Consejo de Seguridad de la ONU autorizó en octubre de 2023 el envío de una misión de apoyo a la Policía Nacional de Haití, en respuesta a la solicitud hecha un año antes por las autoridades del país caribeño para erradicar la violencia de las bandas armadas.
Esa violencia causó 8.000 muertos en Haití el año pasado, y estas organizaciones criminales han llegado a controlar un 80 % de la capital, Puerto Príncipe, así como otras zonas del país, según cifras de la ONU.
OEA se reunirá en Paraguay con Haití, Nicaragua y Venezuela entre sus preocupaciones
La Organización de Estados Americanos (OEA) celebrará desde este miércoles su 54 Asamblea General en Paraguay, con la integración y la seguridad para el desarrollo sostenible de la región como eje de sus deliberaciones y la situación política y de derechos humanos en Haití, Nicaragua y Venezuela entre sus preocupaciones centrales.
Con una escasa atención mediática en los días previos, Asunción y la vecina ciudad de Luque albergarán hasta el viernes 21 delegaciones con sus cancilleres y nueve lideradas por otros delegados, según el listado provisional de asistentes.
En este período ordinario de sesiones, Estados Unidos estará representado por el subsecretario de Estado Richard Verma y el encargado para América Latina, Brian Nichols, que llegarán con la tarea de impulsar el apoyo a la misión de seguridad que debe desplegarse en Haití y condenar las violaciones de los derechos humanos en Nicaragua. Paraguay, el país anfitrión, estará representado por el ministro de Exteriores, Rubén Ramírez.
Hace una década, en 2014, el país sudamericano acogió una Asamblea General.
Sería esa su segunda ocasión, ya que en 1990, un año después del retorno de la democracia tras la caída de la prolongada dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), debutó como sede.
Escenarios complejos Será este el primer cónclave anual sin la presencia formal de Nicaragua, que desde el 19 de noviembre de 2023 oficializó su salida de esta organización.
Pese a su ausencia, la OEA no ha cesado de advertir sobre la delicada situación en el país centroamericano, que será analizada por el plenario para posteriormente emitir una declaración al respecto.
Tampoco se espera esta vez una representación de Venezuela, que no ha contado con delegados en las dos últimas ediciones de esta asamblea.
La condición de este país como Estado miembro plantea una interpretación inédita de la jurisprudencia americana, luego del cese del considerado Gobierno interino encabezado por el opositor Juan Guaidó.
El líder opositor revocó en marzo de 2019 la denuncia a la Carta de la OEA que había presentado en abril de 2017 el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Con las elecciones presidenciales del 28 de julio en puertas y una campaña salpicada por la inhabilitación de candidatos y la detención de opositores, no se descarta que el país caribeño sea motivo de debate entre los ministros y jefes de misión, aunque no existe una propuesta específica de resolución o declaración dedicada a Venezuela.
La OEA reflotará, igualmente, la cuestión de las Malvinas, tema que ha tomado un nuevo cariz con la llegada al poder del presidente Javier Milei, quien, sin renunciar a la soberanía sobre esas islas, ha admitido que están “en manos del Reino Unido” y que no hay una “solución instantánea” a la disputa.
Se anticipa de igual forma una resolución sobre los derechos humanos en la región y que aborde la cuestión de la seguridad tras los recientes hechos de violencia atribuidos al narcotráfico en Ecuador y casos que han sacudido a países como Paraguay, como el asesinato del fiscal antimafia Marcelo Pecci.
Vecindario con nuevas y viejas caras
La cumbre de la OEA tendrá como telón de fondo una región con nuevas caras en la política, como el argentino Milei y el presidente anfitrión, Santiago Peña, pero también con Brasil nuevamente bajo la conducción del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha estrechado sus lazos con China y Rusia, sus aliados en el bloque de los BRICS.