Por : Marino Ramírez Grullón

Se habla hace meses de una posible reforma fiscal la cual debe ser obligatoria de acuerdo a sus promotores o detractores, depende de donde se tomen los comentarios.

Cada gobierno deja pendiente esa reforma fiscal probablemente para evitar quejas y protestas sociales.
Esa medida que será alabada por unos y criticada por otros, reitero todo depende de donde vengan los comentarios a favor o en contra, aparentemente debe realizarse ya, incluso en la transición gubernamental luego de las elecciones dicen los expertos en economía.

El problema es si le tocará a Luis Abinader; Presidente o al Luis Abinader reelegido quien hará tal reforma desagradable siempre para los bolsillos de los más pobres que son la mayoría a pesar de las ayudadas sociales que útilmente se quedan en manos de algunos que delinquen robando tarjetas y códigos de las mismas para también defraudar al gobierno.

Supongo  sin ser experto en economía que una reforma fiscal que llevará a nuevos impuestos o unificar otros que nadie tributa, a reducir también la nómina de gastos que el actual gobierno por lo menos en lo que tiene que ver con las compras y contrataciones a reducido.

Ahora bien, con tantos aliados espontáneos o no que tiene el Partido Revolucionario Moderno y el gobierno, si no aplican estrictamente la reducción de nómina y nombramientos los gastos seguirán.
Todo el que se cobija a última hora al lado del posible ganador, algo anda buscando y no es cariño ni aprecio sino dinero y privilegios que el Estado puede otorgar a través de los gobiernos de turno.
En ese caso hay que frenar esa sangría de gastos en nóminas y privilegios.

Luis Abinader como economista formado y con la experiencia que ha tenido hasta ahora en la ejecución del presente gobierno sabrá tomar sabias medidas para poder llevar un próximo gobierno liderado por él mismo con los suficientes controles de gastos que lo hagan llegar a feliz término con una imagen bien alta.

Hasta ahora el jefe del Estado ha sabido llevar el gobierno con la reducción de gastos y buenas inversiones que lo colocan a la altura de su mandato y figura.

Ahora bien, con tantos seguidores de nuevo cuño que se están pasando al gobierno sin ninguna explicación lógica las cosas pueden cambiar y ahí es que veremos la sabiduría de un Presidente de la República que sabrá llevar las riendas del poder por encima de los visitantes que llegan a última hora en busca al final de elementos que todavía no sabemos pero que pueden ser económicos y otros privilegios propios del Estado que dentro de poco podría realizar una reforma fiscal.

 

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