Editorial orbitainforamtivard.com
La cárcel Penitenciaría Nacional de La Victoria se ha convertido en un desafío para las autoridades del Ministerio Público y el país, debido a que la planta física corre el riesgo de colapsar producto del incendio que afectó las celdas 3, 4, 5, 6, 7 y 8, y que dejó unos 18 presidiarios fallecidos; siniestro que escandalizó al país y a la sociedad internacional.
El establecimiento carcelario que fue construido por el dictador Rafael Leónidas Trujillo y que es dirigida por militares tiene una capacidad de 2,103 reclusos, y actualmente cuenta con una población de 7,608 privados de libertad.
El voraz incendio que algunos se atreven a decir que ocurrió a causa de un corto circuito eléctrico, sin pensar que un accidente de esa naturaleza tienes que ser investigado a profundidad por el Ministerio Público para establecer concretamente que fue lo que generó esa catástrofe que lleva dolor y tristeza a decenas de familias que perdieron a sus seres queridos que se encontraban recluidos en esa dantesca estructura física.
Entendemos que el Estado dominicano debe destruir La Penitenciaría Nacional de la Victoria, ya que no reúne las condiciones para acoger a los privados de libertad, y traspasarla a la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales (DGSPC) del Ministerio Público para que fuegos como ese se puedan prevenir o accidentes internos de otras naturalezas.
La doctora Miriam Germán Brito, procuradora general de la República debe poner en acción la institución que dirige para que la cárcel La Victoria sea manejada por personal del Nuevo Modelo Carcelario, pues se hace necesario que los privados de libertad estén en mejores condiciones como seres humanos.
Además, la cárcel Las Parras o la Nueva Victoria debe ser terminada por el Gobierno, para que esos presos ocupen esos espacios que tiene un buen tiempo sin ningún uso.
No obstante, el Sistema Carcelario de la República Dominicana debe ser mejorado con más recursos económicos y construir más cárceles de más seguridad en Santo Domingo y otras ciudades para que los privados de libertad cumplan sus penas de manera digna.