Por: Alejandro Santos
A los hombres se le concedieron todos los derechos desde que se estableció la organización social, política y religiosa.
Todas la funciones públicas fueron previstas para los hombres; presidente, sacerdote, gobernador, etc.
Por largo tiempo a la mujer se le asignó solo las tareas del cuidado de los hijos y las tareas de la casa.
Algunas teorías sobre la evolución humana tratan de explicar el origen del surgimiento de los roles del macho y de la hembra, lo que marcó la diferencia que predomina desde entonces.
El devenir de la historia está plagado de teorías y luchas episódicas de las mujeres por ganar su propio espacio y reconocimiento social al igual que el que goza hombre.
Algunas de esas corrientes feministas desnaturalizan el rol de la mujer al tratar de quitarle la esencia misma del ser mujer, si la mujer es madre, es un privilegio, no una condena a la opresión.
También otras teorías radicales machistas se niegan a aceptar a la mujer en otras dimensiones.
Las mujeres en el campo de la política han tenido que luchar para alcanzar sus derechos, desde el derecho al voto hasta el derecho de ser consideradas aptas para una función pública.
En nuestro país las mujeres obtuvieron el derecho a votar en el año de 1942. El 1997 se le otorgó por la ley 275-97 una cuota de un 25% de las candidaturas a cargos electivos.
Desde entonces, por cuotas, a las mujeres se le otorga una parte de las candidaturas en los partidos políticos.
Más allá de la asignación de cuotas, las mujeres son cada vez más reconocidas y valoradas por sí mismas. Observamos innumerables ejemplos de cómo ellas se ganan el respeto y el aprecio en sus localidades, alcanzando puestos de Senadoras, Diputadas, Alcaldesa y Regidoras.
Lo más reciente y relevante ahora, es como los candidatos a la presidencia de la República deciden preferiblemente llevar de compañera de boleta a una mujer como vicepresidenta.
Las mujeres vicepresidentas no corresponden a una imposición por cuota, por el contrario, representa una conquista propia de la mujer dominicana, un reconocimiento de su importancia y su valor, que inspira confianza para la población dominicana.
Tenemos como precedente de mujeres vicepresidentas que han dejado su legado histórico:la doctora Milagros Ortiz Bosch, la doctora Margarita Cedeño, y la actual vicepresidenta Raquel Peña, cada una de ellas recordadas positivamente por su gran trabajo realizado.
Actualmente, la presencia de la mujer se destaca en el presente proceso hacia las elecciones de mayo 2024, tenemos a la actual vicepresidenta Raquel Peña por el PRM, Ingrid Mendoza por la Fuerza del Pueblo, y Zoraima Cuello por el PLD.
Asumir con naturalidad de ver a mujeres vicepresidentas, es un avance que coloca a la mujer dominicana en un sitial más elevado, siendo también un signo de una nueva visión del rol político de la mujer dominicana, que trasciende más allá de la asignación de una simple cuota, y que debe culminar con tener una mujer a cargo de la presidencia en la República Dominicana.