Por JOSE BAUTISTA
El 53.33 por ciento de abstención electoral en las pasadas elecciones municipales de la República Dominicana constituye un mal al sistema democrático del país, ya que demuestra bien claro que algo más de 50 votantes de cada 100, no les interesa la elección de las autoridades locales.
Ese mal que aumenta cada cuatro años en los procesos electorales dominicanos, tanto municipales como presidenciales que organiza la Junta Central Electoral (JCE), se debe a distintas causas.
Una de las razones que aleja a los votantes de las urnas en la República Dominicana es que los líderes políticos nacionales no presentan propuestas concretas realizables en el tiempo, debido a que las mayorías carecen de fundamento y de planificación.
Mientras que los discursos no presentan ideas claras y son de los años setenta y ochenta, es decir que no motivan a los votantes jóvenes y mucho menos a un buen porcentaje de los que ejercen el sufragio regularmente como un derecho político adquirido.
Otra de las causas que provoca también que la nueva generación del primer voto no cumplan con ese derecho es que los candidatos de los partidos no le dedican tiempo, ni a los que estudian, ni a los que emprenden, ni a los que están desempleados, ni a los que no estudian ni trabajan (NINI).
La Junta Central Electoral, aunque hizo una buena organización de las elecciones, le faltó motivar más a los jóvenes para que vayan a votar para que elijan a sus autoridades nacionales y locales.
Incluso el Congreso Nacional debe legislar para crear normas que hagan que los ciudadanos se interesen por las elecciones municipales, presidenciales y congresuales.
Abstención en ciencia política, es el acto por cual un potencial votante en unas elecciones decide ejercer su derecho al voto absteniéndose pues cree que el sistema está vacío y corrupto.
Ya sea en unas elecciones generales o si, en un procedimiento parlamentario el representante está presente en la votación, pero no vota. En ambos casos, el sujeto se atiene al resultado del voto de los electores que sí votaron, al igual que ocurre con el voto en blanco.
Aunque la abstención no suele considerarse una de las opciones ante la toma colectiva de una decisión, una alta abstención se considera generalmente como beligerante o indiferente entre el cuerpo de votantes. Sí la abstención se generaliza se pierde el bien público de la democracia.
Ello es así porque los órganos representativos se instalan legalmente con la participación ciudadana en las elecciones.
Esa es una de las razones por las que en ocasiones en ley establece el sufragio obligatorio.
En ocasiones, el carácter político de la abstención se ve reforzado sí, es necesario un determinado cuórum (porcentaje de votantes efectivos sobre el total del cuerpo electoral) para dar validez al resultado.
Pienso que los partidos políticos, que suman 34 en el país, los líderes políticos, la Junta Central Electoral y el Congreso Nacional deben contribuir a que las constantes abstenciones que se producen cada cuatro años en las elecciones municipales, presidenciales y congresuales se reduzcan al máximo y los votantes acudan con más entusiasmo a las urnas a elegir las autoridades.