Por Alejandro Santos
La población haitiana se encuentra actualmente ante un altísimo riesgo de recrudecimiento de la violencia, y una profundización de choques armados entre grupos políticos y bandas criminales.
Todo indica que en Haití solo hay espacio para el exterminio, las armas y el derrame de la sangre se han convertido en la vía predominante de dirimir los conflictos sociales y políticos.
Que pasará cuando a la situación devastadora de hambre y todo tipo de carencias por la que atraviesa Haití, se le agregue la violencia extrema, que ponga aún más en peligro de muerte a la población civil indefensa.
Entonces esa población aterrorizada tendrá que huir hacia algún lugar para escapar y sentirse segura, nadie se atreve a poner en duda, que dicha población civil vendría mayormente hacia la República Dominicana.
En consecuencia, cuando lleguen a nuestro territorio cientos y miles de ciudadanos haitianos cruzando una frontera tan vulnerable, solo quedará como opción acoger parte de esa población que huye para ponerla a salvo.
Es totalmente inaceptable e inviable que el ejército dominicano le dispare a esas personas al cruzar al lado dominicano.
Justamente en ese momento habrá quedado todo consumado, y lo que se sospechaba quedará completamente desvelado, es que la República Dominicana caiga finalmente con todo el peso de la realidad de Haití, sin contar nuestro país con los recursos y las condiciones necesarias para ello.
Será inevitable levantar campos de refugiados de haitianos, ahora mismo resulta difícil predecir que cantidad de persona estarán en la condición de refugiados.
Desde ya se vislumbra que nos advienen tiempos difíciles llenos de grandes desafíos. Nuestro país será el epicentro hacia donde se trasladaran todas las penurias y la violencia que envuelven a nuestro país vecino de Haití.
Los dominicanos tendremos que desarrollar sabiduría para no sucumbir ante esta nueva situación que se nos viene encima. Tanto el gobierno como la población de nuestro país deberá desarrollar una efectiva estrategia para que la comunidad internacional se comprometa a participar responsablemente en la solución de la presente crisis haitiana.
Tenemos que estar alerta y tomar todas las medidas preventivas , para que no se replique en nuestro territorio lo que llevó Haití a convertirse en el país más pobre de América.