Vendrá pronto febrero con su carnaval, con San Valentín y toda su carga de festividades. Encontrará aún presentes lucecitas intermitentes, arbolitos navideños que no encuentran manos para ser guardados y decoraciones en puertas y otros espacios que muestran cuanto alargan los dominicanos la temporada navideña.
En otros países la navidad es cosa de un día, de unos pocos días incluyendo la preparación. En mi país se alarga, se extiende con año nuevo, Día de los Santos Reyes, Vieja Belén y todo sigue siendo navidad.
Somos bien adelantados para encender los arbolitos, para arrancar con la temporada. Algunos comienzan a desempolvar las bolitas, nacimientos y demás chucherías propias de la decoración, cuando aún no ha comenzado octubre y el famoso programa radial de música navideña comienza.
Aunque pocos artistas componen canciones alucibas a la temporada, las mismas composiciones se repiten año tras año por aproximadamente cuatro meses y provocan hacer bailar a la gente cuando aún falta mucho para el Día de navidad.
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Para los dominicanos es lo típico, lo natural y sorprendemos a quienes viven en países donde los festejos por la natividad del niño Dios es mucho más tranquila.
En nuestro país extendemos las variedades de platos en la mesa, las excusas para beber y comer juntos, las felicitaciones… y cada semana nos encontramos con un grupo distinto: con los del trabajo, con los de las clases y así cada día una fiesta.
Si no dio tiempo en navidad, el tradicional angelito o “junte navideño” se hace después de reyes y así, extendemos la navidad hasta que los pitos, los coloridos trajes y máscaras nos dicen que ya estamos en febrero.
Por: Mary Leisy Hernandez
Marilei@hotmail.com