Durante este fin de semana, el Gobierno solicitará a las autoridades haitianas detener de inmediato el reinicio de la construcción de un canal cuyo propósito es desviar agua desde el río Masacre hacia ese país, que, acuerdo con las autoridades locales, ese proyecto viola el Tratado de Paz y Amistad Perpetua y Arbitraje de 1929, el Acuerdo Fronterizo de 1935 y el Protocolo de Revisión de Frontera de 1936.
Ese reclamo sobre el proyecto, que no tiene apoyo del gobierno haitiano, sumado a la creciente inestabilidad que se vive en las zonas fronterizas debido a la actual crisis sociopolítica y de inseguridad, ha generado mucha tensión.
Esta situación alcanzó un punto de inflexión cuando la mañana del pasado lunes fue confirmaba la noticia de que son tres los haitianos acusados de ultimar a una familia de cuatro integrantes en Dajabón.
“Si tenemos que cerrar la frontera, la cerramos, como la hemos cerrado en otras ocasiones, pero todo eso ya depende de un estudio de toda una discusión con el Consejo Nacional de Seguridad, de Migración, donde ya existan elementos que nos lleven a que es preferible cerrar la frontera”, declaró Abinader, al ser cuestionado por la prensa acerca de la propuesta del canciller Roberto Álvarez, que planteó el cierre de la frontera y, de esa forma, controlar la entrada de haitianos.
El mandatario agregó que, aunque eso no está bajo consideración, hasta el momento, si llega el momento de que “eso es lo conveniente para la seguridad nacional”, se ejecutaría esa medida.
Sobre el caso de la muerte de las cuatro personas en Dajabón, la Policía informó que uno de los implicados fue apresado, mientras el otro, identificado como Watson Delicier, de 30 años, cayó abatido tras un supuesto enfrentamiento con sus agentes.
A ese dato, el mandatario agregó que el tercer sospechoso ya está “cercado” por las autoridades y prometió que sería apresado en las próximas horas.