Por : Eugenio García Cuevas
En esta su quinta novela, Efraím Castillo teje magistralmente un mundo ficticio alrededor de casi un siglo del suceder histórico dominicano, donde confluyen ciudades y lugares como la frontera domínico-haitiana, Montecristi, Santiago, Bayaguana, San Pedro de Macorís, Santo Domingo, La loma del flaco y la vida en un batey, entre otras zonas.
El hilo narrativo se construye entre tensiones y distensiones amorosas, erótico-sexuales, étnico-raciales, crueles, tiernas, psicológicas, ideológicas, violentas y religiosas, alrededor de personajes inolvidables como Arturo, Caballero, Kamel, Safadi, Berenice, Franklin, Maripili, Angelito, Cutts, O’ Kean, Singleton, Mudí, Leí, Magrí y Oguín (José Francisco Peña Gómez).
El mundo ficcional interno cubre el interregno que va desde los comienzos del siglo XX hasta el triunfo del PRD en 1978, con tramas que se organizan en torno a la matanza de haitianos perpetrada por Trujillo, en 1937, y las invasiones norteamericanas a suelo dominicano, en 1916 y 1965. No estamos ante una novela propiamente histórica, sino ante un texto que, sin desecharla, la reimagina, la penetra y la recuenta. La novela consta de 244 páginas con una fina encuadernación en tapa blanda o rústica.