Por Fernando Rodríguez C.
Hay quienes teniendo condiciones y vocación de servicio se abstienen de participar en la política dominicana por la incursión avasallante en la actividad de una serie de gente sin escrúpulo que, en base al uso de recursos espurios, se imponen electoralmente en posiciones congresuales y municipales donde gozan de protección e inmunidad para seguir cometiendo sus fechorías al amparo de una posición oficial.
El primer responsable de esta situación es el partido que da cabida a esos señores que llegan con las manos llenas a congraciarse con una dirigencia que, con tal de ganar posiciones congresuales y municipales, sacrifican la ética y el cuidado con que se deben evaluar los aspirantes a esos cargos a nivel nacional. Alegar ignorancia, en un país donde todos nos conocemos, constituye una tomadura de pelo.
El caso de la diputada del PRM por la provincia de La Vega, Rosa Amalia Pilarte, sometida a la Justicia junto a su esposo Miguel Arturo López Pilarte (Miky López), dos hijos, una hermana y su esposo, acusados del lavado de una fortuna superior a los 2,593 millones de pesos, y otros 4 casos, como el del también diputado por la provincia de Santiago Miguel Gutiérrez, preso en los EE.UU. por narcotráfico, dan pie al título de este trabajo.