Las tumba cocos
Mary Leisy Hernández
Fue imposible tener una conversación telefónica tranquila, la otra tarde que llamé a mi pueblo, a donde canta la guinea Cotuí, Cotuí. Visible que los vehículos con la música a todo volumen están muy ocupados promoviendo la campaña de tal o cual candidato.
Con razón se llaman “Tumba cocos”: las vibraciones que producen con tal reperpero son capaces de llegar a lo más alto de las palmas y hacer que esa nuez enorme y dura pueda caer desde tal distancia. Tal vez si le cae en el “caco” a algún asesor o aspirante, entendieran la magnitud del daño ambiental que provocan.
Lo peor es la calidad de la música. Vulgar, repetitiva muchas veces y sin ningún criterio. Música que hace daño a los oídos y no solo por lo que dice.
También porque los acordes y los arpegios son tan descoordinados, que puede joderle los nervios al más equilibrado de los humanos. “¡Ofrézcome! ¿Hasta cuándo? Con tantos recursos tecnológicos para ganar adeptos, con todas las redes sociales a disposición y una serie de herramientas que de camino podrían aportar a la sociedad, aunque no sea lo que les importe, aunque lo hagan solo para ganar, para “hacer bulto”.
¿Dónde andan los asesores de imágenes de los políticos dominicanos? ¿A dónde se les fue el juicio? Hacer campaña política no tiene que ser negativo para el medio ambiente, no debería serlo. Es ensuciar de ruido una atmósfera que tanto necesita de cuidado.
En fin, hablo de “las tumba cocos” pero igual podría hablar de muchos otros recursos mal utilizados por los que tienen en sus manos un dineral para hacer campaña política. Ojalá administren esos pesos para ganar y de camino, dejen alguna “borona” a beneficio de la educación, el medio ambiente y la salud de la colectividad. marilei@hotmail.com
Por: Mary Leisy Hernandez
Marilei@hotmail.com