Por JOSÉ BAUTISTA

La decisión tomada por los miembros titulares de la Junta Central Electoral (JCE) de reconocer el Partido Esperanza Democrática (PED), que preside el nieto del sátrapa dictador Rafael Leónidas Trujillo, Luis José Ramfis Rafael Domínguez Trujillo constituye una decisión bochornosa para la democracia dominicana, los habitantes y el país.

Lo primero que ese reconocimiento partidario a favor del hijo de Angelita Trujillo Molina y el coronel retirado de la Fuerza Aérea de la República Dominicana (FARD),  Luis José Domínguez Rodríguez, oficial influyente del trujillato violenta las normativas electorales de República Dominicana, debido a que Luis José Ramfis Rafael Domínguez Trujillo nació y creció en Nueva York, Estados y vivió toda su vida en Miami.

Nuestra Constitución y la ley electoral establecen que uno de los requisitos de  un extranjero formar una organización política es que tenga unos 10 años residiendo en territorio dominicano.

Asimismo, otro de los requisitos que debe tener una solicitud de reconocimiento de un partido político en la República Dominicana es que esa organización presente ante los miembros titulares de la JCE, los órganos de dirección, aunque sea provisional donde opera y local abierto por lo menos, la demarcación electoral en la cual pretenden participar y la dirección de los locales.

También el partido en cuestión debes tener inscriptos 5 mil personas o menos (20 por ciento).

Como dominicano dudo mucho que el presidente del Partido Esperanza Democrática cuente con 5 mil personas inscriptas en el país, y mucho menos que tenga diez años viviendo en nuestro territorio, ya que sus padres se establecieron en los Estados Unidos, luego del ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo el 30 de mayo de 1961.

Luis José Ramfis Rafael Domínguez Trujillo representa una continuidad sanguínea de su abuelo (maldad), pues en una de las fotografías publicadas en uno de los diarios dominicanos en vez de mostrar un rostro alegra, se ve una imagen cargada de ira y de venganza.

La decisión de los miembros de la Junta Central Electoral es una afrenta y bochornosa ante la ciudadanía, debido a que parece que para tal acción tuvo que ver la influencia de un personaje de los 31 años de oprobio de la dictadura de Chapita.

Román Andrés Jáquez Liranzo, presidente de la Junta Central Electoral, y los miembros titulares Rafael Armando Vallejo Santelises, Dolores Fernández Sánchez, Patricia Lorenzo Paniagua y Sonne Beltré fueron sorprendidos en su buena fe, y no cumplieron con lo que establece la Constitución y la ley electoral dominicana.

Me apena sobre manera que el reconocimiento del Partido Esperanza Democrática esté fundamentado en la resolución 24-2023, que supuestamente dice que cumple con todos los requisitos establecidos en la ley.

 

 

Por Orbita Informativa

Periódico digital con sede en Santo Domingo, capital de República Dominicana, nació en septiembre del año 2021.

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