Por Fernando Rodríguez C.
El hecho de que Abel Martínez, candidato presidencial por el PLD para las próximas elecciones, admita que parte del electorado dominicano aún no conoce su candidatura, estando las elecciones al doblar la esquina, es una confesión tan desafortunada como la afirmación del presidente de su partido, licenciado Danilo Medina, quien aseguró que el 35 por ciento de la militancia de esa organización política votará por el ex presidente Leonel Fernández, candidato de la Fuerza del Pueblo quien se ha mantenido minando las estructuras del partido morado, atrayendo y juramentando a cientos de dirigentes y militantes de esa organización política.
Estas afirmaciones constituyen malos presagios para una candidatura que, pese a los ingentes esfuerzos del joven y experimentado candidato, no logra concitar el interés de la población electoral hacia un partido que se encuentra en la picota pública por la cantidad de funcionarios de sus pasadas gestiones gubernamentales que se encuentran sometidos a la justicia, incluyendo dos hermanos del expresidente Danilo Medina, con pesados expedientes de corrupción, situación que gravita negativamente, en los intentos del PLD para retomar el poder.
Si a todo esto sumamos la renuncia del estratega Francisco Javier García, como jefe de campaña de la candidatura de Abel Martínez, el asunto es para preocuparse.