La vida de la madre del candidato a la presidencia por el Partido de la Libración Dominicana -PLD- Abel Martínez Durán y 14 hijos más, estuvo matizada por su nobleza, amor a Dios y al prójimo, así como por su entrega y dedicación a la educación por más de 30 años a generaciones de jóvenes en su natal, Hato Viejo, Monción
El amor sublime de doña Mélida vivirá por siempre en nuestros corazones, sirviéndonos de fuente de inspiración para nuestro accionar de vida
Por Cándida Ortega
En medio de una estela de llanto y de dolor bautizadas por un copioso aguacero fueron sepultados en el cementerio Memorial Fuente de Luz de la ciudad de Santiago, los restos mortales de doña Mélida Durán Vargas de Martínez, tronco ejemplar de una familia conformada por quince hijos.
Desde el verdulero que cada mañana les dejaba su recaíto fresco, hasta el más opulento ciudadano lloraron la partida de la eminente educadora, quien fue no solo un ejemplo de amor para su amado Hato Viejo, que le vio nacer, sino también una consejera y guía para quienes acudían a ella en busca de alguna orientación o consejo.
Y es qué, mamá Mélida como le llamaba por el cariño, amistad, admiración y respeto, que desde que la conocí le guardo, se convirtió en una guía y mentor, también de los capitaleños que acudíamos a ella en determinados momentos en busca de algún consejo.
Esas y otras tantas virtudes como la de madre ejemplar, esposa abnegada, abuela amorosa y consentidora hicieron de ella una persona de unas condiciones humanas excepcionales e invaluables.
Ayer la despedimos con dolor en el alma, porque nos dolió, y muy duro, pero agradeciéndole al Creador habérnosla permitido por 95 años, y con la satisfacción de que se fue tranquila y en paz, tal como vivió. Los cánticos tanto en la iglesia como en el lugar de su descenso hasta su última morada evocaban la paz y el amor que ella irradiaba.
Con el rostro compungido de dolor, sus quince hijos comenzando por Enriquillo y continuando con Rosa, Guaroa, Galindo, Flavia, Wilfredo, Anica, Domingo, Luisa, Anacaona, Víctor, Midalma, Mayobanex, Atuey y Abel, hicieron guardia de honor al féretro de su madre, quien junto a su amado esposo, Ramón Martínez, dedico más de 30 años de su vida a la formación de generaciones en s su natal Hato Viejo, Monción.
Su deceso ocurrió la mañana de este domingo a los 95 años tras permanecer hospitalizada por varios días en el Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS).
Su cuerpo fue velado en la Capilla A, ubicada en el Parque Memorial Fuente de Luz en la Avenida Circunvalación Norte de Santiago, donde recibió cristiana sepultura.
Emotivas palabras y poemas de despedidas fueron pronunciadas por sus hijos Atuey, Enriquillo y Galindo, frente al féretro de su madre, quienes con el alma sobre cogida de dolor resaltaron las cualidades que matizaron a su adorada progenitora.
Al compás de cánticos a ritmo del violín y mientras el cofre descendía hacia la tierra que la llevaría a la eternidad, los presentes, comenzando por hijos, nietos y nueras lanzaban rosas blancas como símbolo de la pureza y sublimidad que les caracterizó en vida.
Doña Mélida partió a la eternidad dejando un legado de amor y vida ejemplar que permanecerá por siempre en nuestros corazones.
Personalidades se solidarizan con la familia Martínez Durán
Gente humilde del pueblo de Santiago, la capital, Nueva York, San Francisco de Macorís y su amado Hato Viejo se confundió entre funcionarios, políticos, empresarios, periodistas, y otras personalidades que acudieron a la funeraria a darle el último adiós a doña Mélida, y a solidarizar con la familia Martínez Duran.
Entre los presentes estuvieron el presidente de la República, Luis Abinader, la vicepresidenta Raquel Peña, el doctor Leonel Fernández, presidente de la Fuerza del Pueblo, el administrador del Banco de Reservas, Samuel Pereyra, el ministro de Turismo David Collado, el director de Aduanas, Eduardo Lobatón, el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, del Senado, Eduardo Estrella, el fiscal de Santiago, Osvaldo Bonilla, José Neney Cabrera, Lucía Medina, José Ricardo Taveras, Cristina Lizardo y José Ignacio Paliza, entre otros.