Por Fernando C. Rodríguez
Lo cortés no quita lo valiente, y más cuando la cortesía va dirigida a una dama como sucedió en el último de varios intentos de los Estados Unidos para que República Dominicana cargue con el problema de nuestro vecino Haití sumido en una terrible crisis de gobernabilidad agravada con el asesinato de su ex presidente Jovenel Moise en julio del 2021, dando paso a una situación donde predominan las pandillas armadas que secuestran y matan ciudadanos, manteniendo un estado de terror propio de los países más atrasados del mundo.
El presidente Luis Abinader repitió, amablemente, a la subsecretaria de Estado de los EE.UU., Wendy Sherman, durante su visita al país, el criterio que ha sostenido en cónclaves y reuniones internacionales de que no hay una solución dominicana para la crisis de Haití, al tiempo de reiterar a la comunidad internacional la necesidad de unir esfuerzos para la solución de la crisis sociopolítica que abate al pueblo haitiano. Simultáneamente al encuentro con la funcionaria norteamericana, se procedió al reforzamiento militar de nuestra frontera como señal inequívoca de su posición.
La correcta y firme posición del presidente Abinader debe ser respaldada, al margen de politiquería, por la mayoría del pueblo dominicano.