El diálogo con Haití
Por Nelson Sosa
El pueblo dominicano está de «fiesta» al celebrar recientemente el 179 aniversario de la «Batalla del 30 de marzo».
Como siempre, se fueron realizadas «ofrendas» florales y misas, sin quedarse las picaderas, vinos y quesos entre «popis» y funcionarios del gobierno.
Del otro lado, la asistencia «obligatoria» de los empleados del gobierno para vociferar y aplaudir a los «jefes y jefesitos», y hubo entrada libre de costo para los «carajos», tigueres y «wa wa, wa de los barrios marginados del Gran Santo Domingo al desfile militar para ver «con sus propios ojos» el despliegue por los aires de aviones y helicópteros, desplazamiento de tanques de «guerra», escuadras de carapintadas, batallones y mil «pendejadas» trujillistas más, incluyendo la «ñeca» de los caballos que sirve de adorno a al malecón que más ha sido remozado en los últimos 10 años.
Y si el «jodido» pueblo quiere circo, pero sin «pan», que coja circo que cuando llegue el golpe le dolerá y podría ser demasiado tarde.
Ahora bien, ¿quiénes, dónde y cuándo, se habla o ha hablado del necesario diálogo con Haití?
Independientemente de lo díficil que es «conversar» (con los haitianos), y nada que ver con la «lengua», y a 179 años de la Batalla del 30 de marzo, estamos en un momento peor, más crítico y peligroso para la nación y su estabilidad social y política, amén de la situación interna por la corrupción, la delincuencia y la criminalidad acentuada en este gobierno y promovida por varios de sus funcionarios y legisladores.
Sin embargo, este 30 de marzo de 2023, la migración haitiana irregular es el más grande dolor de cabeza para la República Dominicana, pero también, «el mejor negocio de los políticos, militares y empresarios dominicanos de la construcción, los campos agrícolas, el sector turístico y las empresas de servicios domésticos y de vigilancia».
Una migración creciente «apoyada» por varios organismos internacionales enemigos de la patria «que el gobierno tiene que pararla» sin importar el costo político porque Haití, como país «es una amenaza para la República Dominicana y el pueblo». Y lo seguirá siendo hasta no alcanzar su objetivo de «entrar a Santo Domingo y exigir a las autoridades la llave de la Puerta del Palacio Nacional», tal y como ocurrió en 1822. La diferencia hoy es que ya están aquí para ejecutar su plan.
Haití es un «país» con serios problemas étnicos y muy conflictivos» gobernado por «racistas» y bandas delincuenciales.
Y son «racistas» ellos allá, y no nosotros, como quieren vender, porque como pueblo y grupos económicos acumuladores de capital, realizaron una «guerra racial» en su interior que destruyó toda su base productiva, depredó sus fuentes naturales y a la fecha no la ha repuesto y lo que quedó, al igual que aquí, se lo robaron.
Desde la iniciación de la Constitución haitiana se pasa hambre, mucha hambre en Haití. Allí no hubo «capacidad de liderazgo ni dirigencial para encaminar a Haití», no la hay y dentro de cien años no la habrá, almenos que fuerzas externas invadan y decidan como ha ocurrido a lo largo de la historia cuando los imperios tienen ansías y hambre de extender sus dominios territoriales y y adueñarse de los recursos de esas naciones. Aquí, cuidemosno de eso.
En Chile, Brasil, Estados Unidos y Canadá, Jamaica, España, Saint Vince, Dominica, Trinidad y Tobbago, y otras islas inglesas y francesas «no aceptan migración haitiana», no los quieren ni para recoger basura, pero aquí entran y salen sin ningún control y el actual gobierno se hace de la vista gorda.
El diálogo es necesario e importante y debe contener puntos serios como la erradicación de las redes y bandas de corruptos de aquí y de allá que negocian la «trata» y que involucra a políticos, militares y empresarios.
Exigir que Francia devuelva a Haití en dinero actual con todos sus intereses la compensación pagada por liberarse.
Exigir respeto de los organismos internacionales y de la clase política y económica haitiana de «pretender imponerle a nuestro país una migración haitiana descontrolada».
Ah, a propósito, en Haití 5 millones de personas pasa hambre, aquí hay una cantidad igual o cercana, ¿qué está pensando pequeño «Solis»?
Ojalá podamos «celebrar» otro aniversario de la Batalla del 30 de marzo» como «ciudadanos dominicanos» y podamos intentar contarlo.