Por Alejandro Santos
El Presidente Luis Abinader y seguro candidato por el PRM para las próximas elecciones, tiene como principal recurso a su favor de continuar manteniendo la capacidad de encarnar y preservar la bandera del cambio, la transparencia y la voluntad de hacer del ejercicio del poder algo totalmente diferente a los gobiernos anteriores.
Entre las cosas que entendemos que debe evitar el Presidente Abinader es el desvío de uso de recursos del gobierno para sustentar proyectos de candidaturas a las diferentes posiciones de Senadores, Diputados, Alcaldes y de la suya propia. Ya existen precedentes funestos de funcionarios que valiéndose de posiciones en el gobierno utilizaron recursos que le permiten desplazar a los auténticos liderazgos provinciales, dejando luego una secuela de frustraciones que al final solo perjudican al partido y a la provincia.
La diferenciación de Abinader tiene que pasar por el proceso de romper con la tradición en el ejercicio político dominicano marcado por una notable elocuencia de retóricas y promesas de sus principales actores.
Esto ha sido un común denominador que distingue y tipifica al quehacer político; es tan presente que llega ha alcanzar un punto de saciedad y saturación extrema provocando las pérdidas casi total de la credibilidad y confianza en los electorados.
La población dominicana está ávida por tener un liderazgo responsable y diferente, que sus propuestas se correspondan con los hechos.
Es tiempo de que la práctica sea igual a los discursos. Para marcar la diferencia el presidente Abinader tiene que trascender a los enfrentamientos y cuestionamientos de sus adversarios sobre actos de corrupción, tiene que ejercer preponderantemente su liderazgo para que el resto de su gobierno replique lo que hasta ahora se percibe como su accionar personal de pulcritud en el manejo de los fondos públicos. La mejor manera de darse a respetar es practicar con el ejemplo, en eso el presidente Abinader se ha estado ganando un lugar importante de consideración y distinción por su sobriedad en el uso de los recursos del gobierno.
Presidente Abinader preserve como su principal arma la misma que le hizo despertar la confianza y el apoyo de la población que votó por usted para presidente del país; que es el compromiso de cambio y control en el manejo pulcro del gobierno.
No permita que algunos de sus funcionarios se deslicen y continúen apartándose de ese importante legado que tanto anhela la población dominicana.
Además esto repercute positivamente para bien del país y para elevar sus probabilidades de éxitos en el porvenir electoral.