Departamento de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas
Con el objetivo de mantener debidamente edificados a los agentes económicos y la ciudadanía en general, el Banco Central de la República Dominicana pone a disposición las siguientes puntualizaciones aclaratorias sobre el seguimiento al total de ocupados de la economía y las metodologías utilizadas en el proceso de compilación de estadísticas, de manera particular de las emanadas del Sistema de Cuentas Nacionales y de las encuestas laborales levantadas en los hogares, en ocasión del reciente artículo titulado “Choque de fuentes” de la autoría del distinguido economista Doctor Andrés Dauhajre, hijo. En este tenor, se procura contribuir al conocimiento de los analistas interesados en las cifras sobre el empleo publicadas en distintos instrumentos estadísticos, como son el Cuadro Oferta-Utilización (COU) y los indicadores del mercado laboral, de forma que potenciales inquietudes queden aclaradas y las referidas estadísticas sean interpretadas adecuadamente.
La primera inquietud presentada en el artículo se refiere a la comparación del personal ocupado total en la economía dominicana a partir de las cifras reportadas en la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo (ENFT), que estuvo vigente hasta el año 2016, y las contenidas en el Cuadro Oferta-Utilización (COU) publicado dentro del marco del Sistema de Cuentas Nacionales. Para hacer este análisis, lo primero es conocer el alcance y utilidad práctica de cada una de las herramientas estadísticas y entender cómo se elaboran las mismas.
En el caso de las encuestas laborales levantadas en los hogares como la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo (ENFT) y la actual Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT), las mismas constituyen la aproximación más adecuada para analizar la evolución y las tendencias del mercado laboral en el tiempo como lo recomienda la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con especial énfasis en la tasa de desocupación abierta, es decir las personas desocupadas que buscan activamente empleo como proporción de la fuerza laboral, la cual es la variable central de diseño. Estas encuestas se basan en un muestreo probabilístico representativo a nivel de las cuatro grandes regiones del país con una muestra de 8,480 viviendas cada trimestre y recopilan información sobre los miembros del hogar, estimando además la ocupación total mediante expansión estadística acompañada de indicadores de variabilidad que representan la bondad de las estimaciones y están sujetas a diversos controles de calidad durante el proceso de recolección de los datos en el terreno.
En lo que respecta a uno de los cuadros del marco central del Sistema de Cuentas Nacionales, el Cuadro Oferta-Utilización (COU), tal y como se puede inferir de su nombre, se compone de cuentas de producción y generación del ingreso por actividad económica, variables de la demanda agregada final, así como de datos sobre los factores de producción utilizados en las industrias. Esta herramienta estadística se compila a partir de la integración de múltiples fuentes de información, y de forma particular en lo concerniente al empleo, utiliza además de las informaciones de las encuestas laborales, los datos básicos contenidos en los estados de resultados de las empresas del sector público y privado (financiero y no financiero), registros administrativos gubernamentales y de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS). El resultado final constituye una estimación estadística robusta respecto a la mano de obra necesaria (uso del factor trabajo) para producir bienes y servicios, adaptándose a la naturaleza y requerimientos de cada actividad.
Por ejemplo, las informaciones sobre empleo agrícola presentadas en el COU contemplan el personal empleado en cada una de las diferentes fases de la producción conforme al tipo de cultivo, así como las horas efectivas requeridas para cada uno. En vista de que el cálculo del COU contempla todos los puestos de trabajo demandados por la actividad agrícola, independientemente si esta es la actividad principal o secundaria del ocupado, sus estimaciones difieren de la variable ocupados de los indicadores del mercado laboral derivados de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT), ya que esta solo clasifica a las personas cuya actividad principal es la agricultura. Esto quiere decir que una persona que se dedique a ser agricultor como actividad secundaria, por definición solo quedará contabilizado en la que reportó como actividad económica principal en las estadísticas de la ENCFT, sin embargo, en el COU formará parte de los puestos de trabajo de ambas actividades dado que está generando valor agregado en cada uno de los sectores.
De manera particular, en el COU del año 2016 se registran 573,019 puestos de trabajo en la actividad agropecuaria y en la ENCFT 380,506 ocupados, lo que supone una diferencia de 192,513 entre ambas cifras, una gran proporción de los 313,822 de brecha entre las fuentes mencionadas en el artículo.
Cabe destacar que el manual Sistema de Cuentas Nacionales 2008 (SCN2008) resulta explícito en su Capítulo 19 titulado “Población e Insumos de Mano de Obra” cuando establece que, entre las fuentes de datos que se pueden contemplar, se encuentran las encuestas de fuerza de trabajo levantada a los hogares, las encuestas a establecimientos y los datos administrativos, haciendo la acotación de que en las estimaciones de empleo que se realizan a partir de las encuestas de hogares generalmente se hace un recuento del número de personas que tienen empleo y el número de horas que trabajan. En ese sentido, si la medida de insumo de mano obra que se utiliza es el número de puestos de trabajo, entonces el uso exclusivo de dicha encuesta de hogares proporcionaría cifras subestimadas bajo la sombrilla del sistema de cuentas nacionales, en la medida en que algunas personas tengan más de un empleo.
En ese sentido, es de esperarse que la elaboración de cada instrumento estadístico se haga acorde al objetivo principal que debe cumplir de acuerdo a los lineamientos de los manuales internacionales, lo que deriva en diferencias en cuanto a su uso adecuado e interpretación. El hecho de que tanto el COU como la ENFT y/o ENCFT contemplen datos de empleo total no los hace automáticamente comparables. Más que un “choque” de fuentes, son herramientas con objetivos y fines distintos.
Para fines de la compilación de las cuentas nacionales, es importante señalar que los datos reportados por los oferentes de trabajo mediante las encuestas de fuerza laboral se integran consistentemente con la información provista por parte de las empresas de forma que se pueda establecer una relación coherente de la ocupación con los procesos productivos, considerando además la contribución de la economía informal a los mismos. Tomando como referencia lo anterior, la construcción de datos en las cuentas nacionales se realiza a partir del mayor nivel de detalle posible. Las informaciones son trabajadas de manera particular por actividad económica, producto y empleo por categoría ocupacional para llegar a un agregado global, el cual es comparado con la evolución anual de las encuestas y otros registros disponibles.
Al contrastar las informaciones extraídas del COU y de la ENFT y/o ENCFT se observan niveles distintos de ocupación total para todos los años, incluyendo el año inicial 2007, lo cual es de esperarse en función a lo expresado precedentemente. En este sentido, el total de ocupados en la población de 10 años o más de acuerdo con la ENFT para el año 2007 se ubicó en 3,505,247 trabajadores (dato oficial de la época que luego cambió al criterio de personas de 15 años en adelante), mientras que según el COU para el mismo año de referencia fue de 3,461,777 empleados.
Asimismo, cabe precisar que el enfoque de cuál sería la tasa de desocupación en la economía si el total de desocupados que arroja la ENCFT se redujera en la misma magnitud de los ocupados adicionales reflejados en el COU con respecto a esa encuesta no coincide con el utilizado metodológicamente, porque además de ser fuentes distintas, la condición de los desocupados es obtenida en la encuesta a través de preguntas que identifican claramente a esas personas como tales, dentro de una muestra autocontenida proveniente de un marco probabilístico.
Otro aspecto abordado por el autor es el análisis sobre la medición de los asalariados en la economía dominicana, para lo cual se apoya en los reportes publicados por la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). Cabe destacar que, en el proceso de compilación del Sistema de Cuentas Nacionales, tanto por actividad económica y por producto, como por los sectores institucionales, se contemplan una multiplicidad de fuentes para la estimación detallada de cada variable y se analizan las informaciones de las encuestas a los establecimientos, encuestas especializadas a sectores no registrados, los reportes directos de estados financieros de los informantes, así como los registros administrativos disponibles, entre otras fuentes, logrando así un sistema coherente e integrado que presente la consistencia entre la oferta y la demanda agregada de la economía total de manera sencilla pero completa.
Por último, resulta importante mencionar que otros países poseen desviaciones similares asociadas a aspectos metodológicos como se podría constatar al hacer las comparaciones correspondientes. A modo de ejemplo, a continuación se presenta la brecha entre los niveles de empleo reportados en los Cuadros Oferta y Utilización y la encuesta de empleo de Costa Rica, país que actualmente pertenece a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que refleja que esta diferencia no es un caso particular de República Dominicana.
En conclusión, las estadísticas de empleo reportadas en las encuestas de fuerza laboral y los cuadros estadísticos de cuentas nacionales poseen diferencias a raíz de la propia naturaleza de dichos instrumentos, así como los aspectos metodológicos contenidos en sus referidos manuales que representan las mejores prácticas internacionales para el desarrollo de cada tema. Se aprovecha esta oportunidad para señalar que el Banco Central de la República Dominicana, a través de su Departamento de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas, se encuentra inmerso en el desarrollo del Proyecto de Compilación de Referencia de las Cuentas Nacionales 2018 (PCR 2018) con la finalidad de reflejar los cambios en la nueva estructura productiva nacional y de mantener el sistema estadístico como un instrumento eficaz para el análisis y la toma de decisiones por parte de los agentes económicos y la ciudadanía en general.
La actualización del año de referencia de las cuentas nacionales implica un levantamiento exhaustivo de información y una actualización de las metodologías de compilación, resultando en una mejora en la cobertura de las informaciones, la estructura de actividades y de los precios relativos utilizados en las estimaciones de las variables macroeconómicas. Por consiguiente, se contará con información más desagregada que podría ser de utilidad para los hacedores de política, analistas económicos, académicos, y público en general.