Candidato Presidencial del Partido de la Liberación Dominicana
27 de febrero de 2023
Saludamos a todos los amigos de los medios de comunicación aquí presentes.
Pueblo Dominicano:
Hoy conmemoramos el 179 aniversario de nuestra independencia y nos encuentra con nuestra dominicanidad quebrantada. El alma de nuestros próceres ha de sentir indignación por la calamitosa situación que en todos los órdenes se encuentra nuestro país.
Popularmente se dice que la tercera es la vencida; y en el caso del discurso de rendición de cuentas que escuchamos hoy, no cabe la menor duda de que el actual Presidente está vencido. Vencido por una realidad imposible de maquillar con cifras y publicidad pagada; una realidad tan dolorosa que, desde que asumió sus funciones como Presidente, nos muestra al país retrocediendo y, por lo tanto, marchando en dirección contraria al progreso que experimentamos durante los años de gobierno del PLD.
La gran bonanza económica que narra usted Señor Presidente, se contradice con el padecimiento que vive día a día nuestra gente, cuyos recursos no le alcanzan ni para mal comer; esas cifras de las que se vanagloria no llegan a los más desprotegidos. Al contrario, hasta las ayudas sociales que llegaban a los más necesitados, incluyendo las que se les suministraban a discapacitados de la provincia San Cristóbal, han sido reducidas o eliminadas.
Dominicanos, la bonanza que nos ha sido narrada en la rendición de cuentas se queda en manos de algunos privilegiados, pues tampoco ha llegado a los pequeños y medianos productores; no ha llegado al sector agropecuario, no ha llegado a los emprendedores, no ha llegado a las amas de casa, ni tampoco ha llegado a la juventud; esa bonanza no ha llegado tampoco a los envejecientes ni a los enfermos, quienes no tienen acceso a medicamentos ni a atenciones médicas de calidad dentro del sistema público de salud.
¡El gobierno miente de manera descarada y el pueblo no solo lo sabe, sino que también lo sufre en carne propia día tras día!
Tenemos el costo de vida más alto registrado en décadas y el Presidente en lugar de bajar la canasta familiar un 30%, como prometió en campaña, ha hecho todo lo contrario, pues esta ha registrado un aumento de un 21%, equivalente a unos siete mil cuatrocientos pesos, según cifras del Banco Central.
La inflación acumulada en estos dos años igualmente de un 21%, es de las más altas de la región.
En lo que sí ha implantado récord el actual gobierno es en que, por tercer año consecutivo, ha crecido la cantidad de personas pobres en nuestro país; eso significa que más personas pierden calidad de vida y más personas sufren el flagelo del hambre.
Estamos peor en el campo, gracias a una política desmedida de importaciones en detrimento de más de 300 mil productores nacionales, que tienen capacidad de producir con calidad los alimentos que van a la mesa de las familias dominicanas.
Las importaciones agropecuarias aumentaron un 66% perjudicando miles de productores de arroz, papa, leche, carne de pollo, cerdo, cebolla y otros. En general, la producción de más de 25 productos agropecuarios ha caído, o sea, uno de cada tres productos ha registrado reducción en la producción, provocando, además, un aumento de un 23% en los costos de los alimentos y la pérdida del 11% de los empleos del sector.
Estamos peor, porque el poder adquisitivo de la gente ha dado marcha atrás, a los niveles del
año 2015.
Pero también estamos peor, mucho peor, en seguridad ciudadana.
La tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes pasó de 9.9 en 2019 a 12.5 en 2022, equivalente a un aumento de un 26% en lo que va de este gobierno.
Y nos preguntamos: ¿cuál era el Plan Guilliani que iba a reducir la delincuencia a la mitad en dos años?
¿Eran los tanques de guerra que enviaron a las calles?
¿Era el fideicomiso de la Policía Nacional?
¿Era «dar macana» o eran patrullajes mixtos?
El Plan Guilliani fue una mentira más.
La realidad es que vamos por el tercer año de este gobierno y lo único que se ha reducido es la paz de las familias y la confianza en las autoridades.
También estamos peor en salud, obras iniciadas no se terminan en el tiempo prometido y los hospitales se privatizan.
El gobierno ha descuidado la atención primaria y ha abandonado las políticas preventivas de salud, por eso estamos viviendo un brote de cólera que las autoridades tratan de minimizar, poniendo en riesgo la vida de la población. ¡Eso es ser irresponsable!
De manera indolente, las farmacias del pueblo y boticas populares atraviesan la mayor escasez de medicamentos, pero, además, los programas de apoyo para medicamentos de alto costo a pacientes con enfermedades catastróficas también han ido desapareciendo.
Las familias que tienen un hijo con capacidades diferentes, con alguna condición especial de salud, se sienten abandonadas porque nadie las ayuda; en adición, los Centros de Atención Integral para la Infancia, los CAID, que brindaban un respiro a estas familias, han colapsado.
¡Estamos peor en educación en todo el país!
Se ha debilitado el programa de formación docente para favorecer universidades propiedad de funcionarios, mientras faltan profesores y personal administrativo.
No se ha dado continuidad a la construcción de infraestructuras ni de mantenimiento a los planteles escolares, lo que ha producido un gran
déficit de aulas.
Hoy vemos con dolor que hemos retornado a la época de impartir docencia debajo de árboles.
El desayuno escolar, que tan exitosamente implementó el pasado gobierno del PLD, ha sido un fracaso en la actual gestión de gobierno; de igual manera, la tanda extendida ha sido abandonada y ya no se construyen estancias infantiles.
En educación superior, los programas de becas para estudiantes de escasos recursos están limitados a unos pocos que han sido privilegiados por el amiguismo y tráfico de influencia, negándose la oportunidad de una educación digna a estudiantes meritorios. ¡Esto es simplemente inaceptable!
¡Estamos peor en el sector eléctrico!
Los apagones han regresado como una pesadilla que no solo genera más gastos a las empresas, sino que, además, disminuye la calidad de vida de las familias.
Las pérdidas del sector eléctrico han aumentado hasta un 32% y mientras el servicio empeora, la factura sube, y ni hablar de la deficiencia en la gestión de mantenimiento a las estaciones y redes de distribución energética, aspectos que han llevado el déficit en las EDES a la histórica cifra de 1,500 millones de dólares, de los cuales 250 millones de dólares son precisamente por pérdidas.
Estamos peor en combustibles, porque, aunque los precios internacionales de estos han bajado, el gobierno los ha mantenido igual.
En la rendición de cuentas del 2021, se prometió reformar la Ley 122-00 sobre hidrocarburos, para revisar la estructura de costos y disminuir el precio de los combustibles. Y yo les pregunto: ¿qué pasó con esa revisión, en la que se bajaría el precio de la gasolina?
¡Una mentira más!
Han dicho que es por la guerra entre Rusia y Ucrania, lo cual es otra mentira.
El precio promedio del petróleo ha sido de 74.7 dólares por barril en estos tres años de gobierno del PRM, significativamente inferior a los 93.2 dólares por barril que enfrentó el gobierno pasado.
Estamos mucho peor en el manejo de los servicios públicos.
Para nadie es un secreto el deterioro del Sistema del 9-1-1, que tantas vidas salvó con atenciones rápidas, oportunas y con personal altamente capacitado.
Lo mismo ha sucedido con el programa de asistencia vial que representaba un gran alivio y seguridad a los viajeros en las principales carreteras del país.
Este deterioro ha ocurrido a pesar de ser el gobierno que más recursos ha manejado en la historia republicana. Por primera vez, el gobierno maneja más de un billón de pesos, al punto que el total del gasto del pasado año 2022 es casi el doble del gasto en el 2019, por el acelerado ritmo de endeudamiento.
¿Cómo se explica que se rompa récord en recaudaciones, se anuncien ahorros en los presupuestos institucionales, se aumente vertiginosamente el endeudamiento del país mientras el pueblo se cae
a pedazos?
La única razón es la incapacidad para gobernar, la falta de gerencia, de planificación, de conocimiento del Estado, de un partido de gobierno que engañó al pueblo con su discurso y un listado de promesas incumplidas.
Llegaron al gobierno bajo un estado de emergencia y no saben gobernar si no es con esta modalidad, de la que han hecho uso y abuso, valiéndose de flexibilidades en la burocracia que establece la Ley 21-18; pero el verdadero estado de emergencia lo vive la población dominicana.
A dos años y seis meses, al gobierno del PRM se le han aprobado unos 24 mil millones de dólares en préstamos, y se han colocado más de 240 mil millones de pesos en bonos, superando así la cartera de préstamos de los últimos seis años del gobierno
del PLD.
Lo peor es que no pueden sincerar el gasto, no existe una explicación transparente de dónde ni cómo ha sido invertido este dinero, que sale del bolsillo del pueblo dominicano.
Sí, estamos peor y mientras tanto ellos solo mienten.
Bajo este panorama de ineficiencia, improvisación y mentiras, el Presidente se permite presumir de que
«el dinero le rinde».
Hace unos días, el presidente dijo que encontró la Circunvalación de Azua avanzada en un 30%, mientras su ministro de Obras Públicas, meses atrás, dijo que la había recibido en un 60%. La realidad es que el pasado gobierno la dejó avanzada en un 75% y hay que decir que la infraestructura entregada de este peaje no es más que una carpa.
Se enorgullecen de haber entregado 1.97 kilómetros de la Avenida Ecológica, olvidando que el gobierno del PLD hizo posible la terminación de 11 kilómetros de la misma.
Por doquiera que uno mire, de las pocas inauguraciones que han realizado, detrás está un alto porcentaje de las ejecutorias del pasado gobierno de nuestro partido.
El gobierno no solamente miente, sino que, además, está entregando nuestra soberanía.
El Presidente dijo que la política migratoria es una decisión soberana del país y que su gobierno va a controlar la migración ilegal, sin embargo, tal cual nos tiene acostumbrados, dice una cosa y hace otra.
El país está sufriendo el peor embate desde la época republicana ante el accionar indolente de unas autoridades que, como ya hemos dicho, no les importa la dominicanidad, ni la Constitución y mucho menos nuestra identidad. Identidad que cada día corremos mayor riesgo de perder.
Mientras la población estaba inmersa en celebraciones navideñas y de fin de año, de manera subrepticia y sigilosa, sometieron al Congreso un Proyecto de Ley de Trata de Personas que prácticamente abría las fronteras a la migración ilegal. Como si fuera poco, este adefesio constitucional, también contemplaba la creación de un nuevo impuesto para financiar los gastos de todos los ilegales que entraran bajo lo dispuesto en esta ley.
Por nuestra posición junto al pueblo dominicano, el gobierno tuvo que retirarlo, sin embargo, no ha cesado en su empeño entreguista y traicionero de la Patria. En paralelo, ha introducido otro proyecto de ley, con disposiciones muy similares para mujeres extranjeras y migrantes, así como sus familiares.
El Presidente tampoco se refirió a la construcción del muro a través de Laguna Saladilla, donde se estarían cediendo más de 840 mil metros cuadrados del territorio nacional.
¿Dónde queda entonces la defensa de la soberanía y la dominicanidad que el presidente pregona ante los medios de información?
¿Dónde queda su patriotismo? ¿Al servicio de cuáles intereses está dispuesto a continuar de rodillas para intentar mantenerse en el poder?
Esta tercera rendición de cuentas fue un discurso más apropiado para un acto reeleccionista, lleno de promesas que, por demás, sabemos que como todas las anteriores, no serán cumplidas.
Sin embargo, ¿Quién podría pensar en reelegir a alguien que solo nos ha llevado al retroceso y que ha demostrado que la banda presidencial le quedó grande?
Les invito a que ustedes mismos, dominicanos y dominicanas, hagan el ejercicio de comparar las palabras del presidente del gobierno del PRM, su rosario de promesas, con la realidad. Solo encontrarán atraso, excusas y mentiras.
Hemos visto cómo, en un afán desesperado por acercarse a la gente, el Presidente ha visitado diferentes provincias, jugando con la esperanza e ilusiones del pueblo, prometiendo lo que nunca ha tenido intención de cumplir. Y le decimos: ¡con la dignidad y la calidad de vida de la población, no se juega!
El pueblo puede, efectivamente, comparar y lo está haciendo.
Ahí está, a la vista de todos, la gestión municipal que estamos haciendo en Santiago, trabajando sin descanso para transformar esta ciudad en lo que es hoy: modelo en todo el país y referente en toda la región. Luego de haber sido declarada en estado de emergencia sanitaria, Santiago es orgullo de todos los dominicanos, porque lo que decimos, lo hacemos y lo que prometemos, lo cumplimos.
¡Eso es el PLD! El único partido que realmente es garantía de buena gobernanza, de progreso, de obras tangibles, de compromiso asumido con los más necesitados y con los mejores y más sanos intereses del país.
El único partido que en sus gobiernos redujo la pobreza, año tras año. Los datos están ahí, arrojados por las organizaciones internacionales, no por nosotros; pueden revisarlos.
Señor Presidente:
Al gobierno se llega para mejorar las cosas, no para empeorarlas.
Se llega a resolver, no a poner excusas.
Se llega a hacer, no a seguir prometiendo como si fuera candidato.
Se llega a servir a la gente con un proyecto claro, con decisión, con coraje; no a estar todo el día con un «patrás, palante» que solo genera incertidumbre
a la gente.
La República Dominicana necesita recuperar la esperanza, la alegría y el orgullo por su país. Que podamos ver el futuro con optimismo, con la fe de que la juventud, las mujeres, los envejecientes y todos los sectores productivos, tendrán oportunidades de desarrollo.
Eso es lo que vamos a hacer: devolverle esa alegría, esa esperanza, ese orgullo de ser dominicanos, lo que solo es posible cuando se tiene un liderazgo firme y capaz, que esté decidido a mejorar las condiciones de vida de la gente, apostando al porvenir.
Muy pronto volveremos a tener un gobierno de verdad, un gobierno que trabaje desde el corazón de la gente, con la gente y para la gente; respetado en el exterior, pero al mismo tiempo, un gobierno con sabor a patria, a soberanía y dominicanidad plena.
Tienen mi palabra: volveremos a ser la estrella que más brille en el Caribe, porque nuestro país necesita recuperar el norte y nuestro proyecto, nuestro partido y quien les habla, con la ayuda de Dios y el apoyo de la familia dominicana, nos encargaremos de que así sea.
¡Pueblo dominicano… aguanten… que falta poco!
Muchas gracias.