Juan Tomás
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Santo Domingo. El patriotismo o amor a la Patria es el profundo sentimiento de orgullo de formar parte de su pueblo, su territorio, historia, cultura… El firme respeto y aceptación de lo que sentimos por sus valores.
En República Dominicana celebramos ‘las fiestas Patrias’ vestidos de dominicanidad, mostrando en nuestras calles y edificios nuestra Bandera Nacional, copando el paisaje y aflorando la cara más alegre de la idiosincrasia dominicana.
Estas actividades se inician con diferentes actividades civiles y militares, conmemorativas a nuestra independencia en homenaje a los Padres de la Patria y a los símbolos que nos identifican, desde el 26 de enero al 9 de marzo, días de los nacimientos de Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez.
El 27 de febrero es el Día de la Independencia de la República Dominicana y, en un país tan colorido y de tantas expresiones alegres que nos caracterizan, se celebra por todo lo alto, ya que, se considera la fiesta más importante de las efemérides patrias del país.
Es en este tiempo que los representantes de entidades públicas y privadas depositan una ofrenda floral a los padres de la nación, cuyos restos descansan en un impresionante y majestuoso monumento de mármol construido especialmente para ellos al cruzar el baluarte, denominado Altar de la Patria, ubicado en el Parque Independencia.
La Comisión Permanente de Efemérides Patrias, organismo que organiza estos actos de ofrenda, diseña un calendario para que las instituciones no coincidan en la hora, garantizando la solemnidad del momento.
Este acto de gratitud y respeto a los altos sacrificios de tan valiosos hombres y mujeres que nos posicionaron en el mundo el firme sentir de la libertad, tiene su protocolo de respeto que empieza con la invitación del órgano gestor o de la intención del ciudadano.
El Ministerio de Interior y Policía otorga el permiso de participar en la ceremonia de ofrenda floral en el Altar de la Patria. Un equipo de protocolo asignado por Efemérides, asiste a las comisiones, guiándoles en su participación del acto.
Se debe llevar la Bandera Nacional, la ofrenda de flores y la bandera institucional, la cual será de menor tamaño que la Bandera Nacional. Es importante la puntualidad de las horas establecidas, pues otras entidades estarán también realizando el acto.
El código de vestimenta requiere un alto sentido común. Preferiblemente, la imagen ejecutiva, y teniendo en cuenta que es de día. La mujer debe cuidar el largo de la falda, evitar escotes, brillos y transparencias, no mostrar los hombros, no usar ropa ajustada, y llevar zapatos cerrados. Su maquillaje debe ser discreto y su cabello limpio y arreglado.
Los caballeros pueden usar chacabanas si no desean formalizar con los trajes de chaquetas; zapatos formales de cordones. Evitemos los jeans, los colores llamativos, gorras o sombreros y la informalidad. No usar los lentes de sol.
El desfile se realiza desde la Puerta del Conde hasta el Altar de la Patria. Es importante tomar en cuenta que la ofrenda floral no debe ser muy ostentosa para su fácil su manejo, sin comprometer la solemnidad y elegancia del acto.
Imitar los colores de la Bandera Nacional con las flores es un error muy común, ya que es difícil de lograr la similitud. Lo aconsejable es utilizar flores blancas y colocar un lazo con los colores patrios.
La ceremonia se inicia con la entonación del Himno Nacional, cuando corresponde a una fecha patria o en recordación de las personalidades de la historia; si se trata de una programación regular, el Himno Nacional concluye el acto.
Luego de estar posicionados en el interior del monumento, se coloca la ofrenda y a continuación se permite hacer uso de la palabra al representante de la entidad o realizar un minuto de silencio.