Turquía.- Un terremoto de magnitud 7,8 azotó el sureste de Turquía y Siria a primeras horas del lunes, derribó edificios y provocó una frenética búsqueda de sobrevivientes en ciudades y pueblos de la extensa zona afectada. Al menos 568 personas murieron, había miles de heridos y se esperaba que el número de víctimas aumentara.

A ambos lados de la frontera, los temblores despertaron a la gente de golpe varias horas antes del amanecer y la hicieron salir a la calle en una noche fría de viento, lluvia y nieve.

Docenas de edificios se derrumbaron en ciudades de toda la región fronteriza.

Rescatistas y residentes buscaban ansiosos bajo los escombros, entre las pilas de metal retorcido y bloques de concreto.

En la ciudad turca de Adana, los testigos dijeron que habían oído a una persona pedir ayuda bajo los restos de un edificio. “No tengo fuerzas para aguantar”, lloró la persona. Más al este, en Diyarbakir, grúas y equipos de rescate trabajaban en una pila de pisos de concreto amontonados que antes eran un edificio de apartamentos.

Del lado sirio de la frontera, el sismo remeció regiones bajo control opositor que están llenas de varios millones de desplazados sirios con un decrépito sistema de salud después de varios años de guerra.